La dana que hace casi medio año provocó graves daños en seis comarcas valencianas, con 228 personas fallecidas, es un trágico ejemplo de la crisis climática. Así lo destaca el Informe sobre el Estado del Clima Europeo de 2024, donde se incide en que el pasado año fue el más cálido en el continente desde que hay registros. El estudio, hecho público la madrugada de este martes, está elaborado por el Servicio de Cambio Climático Copernicus dependiente de la Comisión Europea y no hace sino evidenciar la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos. En él se hace hincapié en cómo se pasa de períodos de sequía prolongados a episodios de lluvias de una virulencia y torrencialidad devastadora. En ese tipo de contexto se dieron aquellas “inundaciones de nueva generación” de Valencia, como ya las ha denominado el Ministerio para la Transición Ecológica.
Gráfico donde se sitúan las inundaciones de Valencia y también las provocadas por la borrasca Boris en Alemania como las más severas. / Copernicus
En el documento se incide en que durante aquella gota fría del 29 de octubre se batieron los récords nacionales de precipitaciones totales en una, seis y doce horas, mientras que el total máximo registrado en 24 horas llegó a los 771,8 milimetros. El segundo más alto contabilizado en España. Tanto los responsables del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio como del sistema Copernicus subrayan que la intensidad de estas trombas de agua está relacionada con la mayor temperatura de la atmósfera y de la superficie del mar. La recurrencia de las olas de calor marinas es otro de los efectos que el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo viene analizando desde hace años.

Gráficos que incluye el informe Copernicus sobre las inundaciones de octubre de 2024. / Copernicus
«También se trata de comprender y comunicar el riesgo, de la respuesta y la preparación»
Más de cien páginas
Además de series históricas y datos, el último informe Copernicus sitúa el foco en ir más allá del monitoreo y la predicción. Celeste Saulo, vicepresidenta de la Organización Meteorológica Mundial, aludía tabién a la dana de Valencia al destacar la importancia de los sistemas de alerta temprana.”También se trata de comprender y comunicar el riesgo, de respuesta y preparación, son los cuatro pilares en los que estamos intentando avanzar para que los países puedan estar mejor preparados», se recoge en la publicación, de más de cien páginas. Los gráficos y mapas de esta última edición están referidos a los acontecimientos del pasado 29 de octubre.

Estado de las vías del tren en el área metropolitana de Valencia tras la dana del 29-O. / Germán Caballero
Inundaciones severas
Florence Rabier, director general del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio, destaca que este último informe revela que casi un tercio de la red fluvial superó el umbral de inundación alta. De hecho, se constata también que Europa no había sufrido riadas o desbordamientos de barrancos tan generalizadas desde 2013, una estimación de unas 413.000 personas afectadas por los efectos de las borrascas solo en Europa en las que al menos 335 perdieron la vida, con 228 solo en la provincia de Valencia.
Por encima de los 1,5 ºC
Lo cierto es que 2024 se convirtió en el primer año con una temperatura promedio mundial que supera los 1,5 º por encima del nivel preindustrial. La última década es la más cálida desde que se tienen registros. “Desde la década de 1980, Europa se ha estado calentando dos veces más rápido que el promedio mundial, lo que la convierte en el continente que se calienta más rápido en el planeta”, señala. “Las olas de calor son cada vez más frecuentes y severas, y el sur de Europa está experimentando sequías generalizadas”, comenta. “Se han observado cambios en el patrón de precipitación, incluido un aumento en la intensidad de los eventos más extremos, esto puede conducir a un aumento de las inundaciones y probablemente contribuyó a algunos de los eventos más catastróficos observados en 2024”, incluye el documento.