El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha anunciado que el Gobierno gallego pondrá en marcha circulante para tratar de «minimizar» el impacto de las ventas al exterior provocado por la guerra arancelaria iniciada por el presidente de los Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump.
Asimismo, en rueda de prensa después del Consello, ha avanzado un servicio de asistencia técnica para «incidir en la diversificación de mercados«, sobre todo a aquellos agentes que tengan ventas «concentradas» en EE.UU.
Todo ello, en una jornada en la que cuatro conselleiros de la Xunta se han reunido con representantes de una veintena de asociaciones y clústeres para «ofrecerles coordinación» y escuchar sus inquietudes.
Al término de este encuentro, que se ha prolongado durante hora y media en la sede del Consello Económico e Social (CES), la titular de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, ha destacado que se trata de la «primera línea de préstamos al circulante de empresas» que dispone la Xunta ante este conflicto, pero ha precisado que «entra dentro de los 50 millones» que ya aprobó en su momento el Igape, si bien es una cuantía «ampliable, absolutamente».
Tendrán «unas condiciones muy especfícias para esta problemática», y es que son préstamos que podrán llegar al millón de euros y tendrán un periodo de carencia de cuatro años, «marcado por la temporalidad del mandato de Trump».
Lo que pretende el Ejecutivo autonómico es «dar alivio a través de préstamos al circulante para reducir el impacto». En cualquier caso, la idea de la Xunta es «trabajar mano a mano» con los sectores e «intentar negociar y reducir la guerra comercial y no dar por perdida la situación». «Intentar que estos aranceles se vayan desescalando poco a poco», ha subrayado Lorenzana.
A preguntas de los periodistas, ha ahondado en que lo que hará el Gobierno gallego es adaptar el instrumento de préstamos preexistente, al que se añadirá «un anexo» o ‘addenda’.
Lorenzana, que ha comparecido junto a los responsables de Mar, Medio Rural y Facenda, ha calificado la reunión de «productiva y necesaria» y ha insistido en que la «mayor problemática» la ve en «el efecto indirecto» de esta guerra arancelaria, «por cómo se van a reajustar las relaciones comerciales», entre otras cosas.
En este sentido, ha explicado también que impulsará seminarios –que comenzarán después de Semana Santa– en una «oficina especializada, dependiendo de la oficina económica, con la antena del Igape en Miami».
El objetivo es «acompañar» a las empresas y «empezar a trabajar en las oportunidades que ofrece el decreto ley aprobado la semana pasada» con 14.000 millones en ayudas y avales y fondo de internacionalización.
Los sectores
Por parte de los distintos sectores, todos han coincidido en la relevancia de evaluar empresa a empresa la repercusióndel nuevo escenario comercial.
El portavoz del agroalimentario, Andrés Rodríguez, ha destacado que existe «incertidumbre», sobre todo en el ámbito de conservas y vino, ante lo que ha subrayado que «lo primero es la liquidez para aguantar el tirón», por lo que ha valorado este «punto de partida», pero ha esperado que también haya «ayudas directas».
Por parte de la pizarra, Severino González, ha advertido de que este campo se ve «bastante» afectado por esta crisis, mientras que Manuel Vázquez, del naval, ha recordado que Galicia no exporta buques a EE.UU., sino bienes de equipo.
