«Aaaaaaaaand…….neeeeeeew!» grita Bruce Buffer para anunciar al heredero del reinado de Ilia Topuria en la UFC. 419 días después, el cinturón se posa sobre el abdomen de Alexander Volkanovski tras una victoria estelar ante Diego Lopes que le devuelve al lugar de donde le borró Ilia. El UFC 314 de Miami, Florida, fue el escenario de la coronación del peleador australiano como nuevo campeón de la categoría del peso pluma, la división que consiguió dominar hace más de un año ‘La Leyenda’ (antes ‘El Matador’) con su primera victoria ante Volkanovski y su posterior defensa ante Max Holloway.
VOLKANOVSKI VUELVE A SER CAMPEÓN
Ahora sí, el reinado de Topuria ya es historia. Sean bienvenidos, de nuevo, a la era Volkanovski. El primer hombre de más de 35 años en recuperar el cinturón: «¡Qué bueno sienta volver!», gritaba tras el combate. La enésima redención del campeón tras una pelea durísima de cinco asaltos que se definió por detalles. El australiano empezó por delante tras un gran desempeño en el inicio de la batalla, castigando a Diego Lopes con intercambios durísimos y manos muy pesadas que dañaban el rostro del brasileño-mexicano. Sin embargo, al de Manaos le cayó del cielo el caos con el que había soñado la noche anterior y aprovechó el despiste de Volkanovski para meterse de lleno en la pelea, abriendo una brecha en el rostro del australiano para nivelar el combate en el segundo asalto.
La guerra se puso muy salvaje en un cuarto asalto donde los cortes en en los pómulos del australiano crecían con cada golpe de Lopes, también visiblemente dañado, aunque el dominio seguía reinando con un empate técnico antes del último asalto. La veteranía del excampeón acabó decantando el campeonato para el australiano, que supo frenar la locura de su oponente y amarrar de nuevo por decisión unánime un cinturón que nunca debió dejar de ser suyo antes de cruzarse con la furia de Topuria.
EL ENEMIGO DE TOPURIA NO DEFRAUDA
La cartelera tuvo de todo y más. ¡Oh Paddy The Baddy! El enemigo número uno de Ilia Topuria por méritos propios volvió a demostrar que no es sólo ‘trashtalk’ y malas palabras. Sabía que tenía la oportunidad de saltarse la fila y meterse entre los 7 mejores peleadores del peso ligero, y no iba a desaprovecharla. El de Liverpool, que venía con un 6-0 en la UFC, ampliaría su invicto (7-0) para reafirmar su hegemonía en la compañía en la pelea coestelar del evento. Uno de los ‘showman’ que necesita Dana White.
Un rodillazo abrió el pómulo del estadounidense Michael Chandler para que brotara la sangre en un tercer asalto que acabó de decantar la pelea. Una actuación memorable ante uno de los mejores contendientes del peso ligero. “¿Qué ahora? Yo lucharé por ese título, no os iréis sin que sea campeón. Justin, Charles o el pequeñajo ese” declaraba el ‘scouser’ a la cámara tras finalizar vía ‘ground and pound’ al de Tennessee en un espectáculo sanguinario de golpes a la cabeza y codazos infernales. Muchos se han atrevido a pedir ahora, incluso, la pelea de Paddy ante Topuria en el peso ligero. No sería ninguna locura, aunque por ahora parece poco probable.
LA PELEA DE LOS LUNÁTICOS
Jean Silva salió ladrando a los males del terraplanista de Arkansas Bryce Mitchell y demostró su ambición desde que pisó el octágono. Un amago de sumisión en un primer asalto dominador que prometía lo que vendría en el segundo: una superioridad insultante, descarado mirando al público y terminando la faena con su quinta finalización consecutiva por ‘Ninja Choke’. Jugó con Bryce Mitchell como un trapo en una exhibición de campeonato. La victoria de uno de los ‘Fighting Nerds’, la revolución de la UFC.
LA GRAN DECEPCIÓN
Patricio Pitbull, doble campeón en Bellator que debutaba en la UFC a sus 37 años, sufrió en sus carnes lo que es enfrentarse a todo un excampeón interino del peso pluma en la mejor compañía de MMA del mundo. El mexicano Yair Rodríguez dominó durante los tres asaltos al brasileño, con un último round colosal con recital de ‘ground and pound’ que bien pudo acabar en KO y dominio tanto en el suelo como con el pateo característico del de Chihuahua. Hace tiempo que no veíamos una versión tan ganadora de Yair. Junto a la soberana paliza con sabor a retirada de Chandler, la de Pitbull fue una de las actuaciones más decepcionantes de la cartelera.