Trump tiende la mano a Taiwan y retira los aranceles a teléfonos, ordenadores y chips

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. EP

La guerra comercial que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, libra con el resto del mundo, da un pequeño respiro a los consumidores. En un claro guiño a Taiwán, el Ejecutivo norteamericano ha anunciado que los teléfonos móviles, los ordenadores, los microprocesadores y otros productos electrónicos, estarán exentos de los aranceles recíprocos. Esto apacigua el miedo a que el precio de los teléfonos iPhone o Samsung se disparase en los próximos meses.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos lo ha anunciado en un boletín este sábado. Estos productos teconológicos quedan exentos del arancel del 145% aplicado a China, así como del arancel base del 10% que se aplicará al resto de países del mundo. Este movimiento no solo beneficiará a los consumidores, sino que se trata de un giro estratégico de Trump. La medida afecta también a discos duros y las máquinas para fabricar semiconductores, en un claro guiño a Semiconductor Manufacturing Co., gigante tecnológico de Taiwan.

La ONU advierte del impacto de los aranceles de Trump

Expertos de Naciones Unidas han advertido sobre la contracción que se producirá en el comercio mundial a causa de la aplicación de los aranceles de Estados Unidos. Así han confirmado que podría caer hasta un 3%. Sin embargo, se mantienen optimistas pues ven este nuevo escenario como una  nueva oportunidad comercial  donde se podrían «reformular e impulsar» vínculos comerciales regionales «aún sin explotar».

«Creo que habrá cambios en las cadenas de suministro y una reevaluación de las alianzas globales. Habrá cambios geopolíticos y económicos también», ha augurado la directora del Centro de Comercio Internacional (ITC), Pamela Coke-Hamilton, quien ha incluido a «México, China y Tailandia, pero también países del sur de África» entre los más afectados, «junto con el propio EEUU».

La economista se ha mostrado especialmente preocupada por el aumento de los gravámenes a los productos estadounidenses en China, país al que Donald Trump ha impuesto un arancel del 145%. Este ha sido el último golpe en la guerra comercial iniciada por Estados Unidos. Sin embargo, el país asiático no se ha quedado con los brazos cruzados y ha aumentado hasta el 125% los aranceles del 84% que China ya activó el jueves. Estos nuevos aranceles ya han entrado en vigor. Con su imposición, China asgura su «voluntad firme» y «recursos abundantes» para responder «sin miedo» a las represalias estadounidenses.

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