La gente no quiere cambiar más los relojes, es una gran molestia

El presidente estadounidense, Donald Trump, ha reclamado este viernes a la Cámara de Representantes y al Senado poner fin al cambio de horario en verano, ya que los ciudadanos no quieren «cambiar más sus relojes».

«La Cámara y el Senado deben presionar duro para que tengamos más luz a final del día. Muy popular y, más importante, no habrá que cambiar más los relojes, una gran molestia y un evento MUY CARO para nuestro Gobierno», escribió Trump en Truth Social en un post que firmó con sus iniciales, DJT.

Trump ha abogado por poner fin al cambio horario para permitir ahorro energético y ganar horas de luz en invierno en la mañana, algo que algunos legisladores creen que ya no tiene sentido, pues la gente prefiere tener más horas del luz por la tarde.

El senador republicano Ted Cruz está liderando el impulso en el Congreso para mantener un solo horario a lo largo de todo el año, aunque hay división sobre qué estándar debería prevalecer: el horario de invierno o el que se establece en verano.

Europa, Estados Unidos y Canadá conforman la principal región que adopta los cambios de horario en verano e inviernos, después de que recientemente México decidiera no adoptar más esos cambios horarios en 2022.

Es una práctica que data de la Primera Guerra Mundial y que pretende aprovechar mejor las horas de luz solar para reducir el consumo eléctrico. Pero se cuestiona que suponga un ahorro significativo, mientras que se han identificado efectos negativos para la salud.

El cambio de hora en Europa

El cambio horario en Europa se produce dos veces al año, habitualmente el último domingo de marzo y el último de octubre, y se empezó a generalizar a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y ahorrar así electricidad.

Finlandia promovió en 2017 la idea de fijar un único horario para todo el año en la Unión Europea, eliminando la Directiva europea que desde 2001 regula y armoniza el cambio bianual entre los Veintisiete.

En septiembre de 2018, la Comisión Europea propuso acabar con el cambio de hora tras una encuesta pública que recabó un número récord de respuestas (4,6 millones) y que reveló que mayoritariamente, un 84 %, los ciudadanos europeos querían terminar con esa práctica.

En marzo de 2019, el Parlamento Europeo respaldó la propuesta del Ejecutivo comunitario. Pero ahí se quedó el asunto. La Directiva está bloqueada en el Consejo, que es la institución que representa a los Estados miembros de la UE.

El cambio exige mayoría cualificada, es decir, el apoyo de al menos 15 de los 27 países y que estos representen al menos al 65 % de la población de la UE. Sólo una vez fijada la posición del Consejo se podría emprender la negociación definitiva con la Eurocámara.

Hay países que dijeron estar dispuestos a estudiarlo, como España y Francia, otros no se pronunciaron y algunos como Grecia, Chipre o Portugal son reticentes.

La falta de consenso entre las capitales y las distintas emergencias sobrevenidas desde 2018 han enterrado el dossier y no parece que nadie tenga gran interés por recuperarlo.

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