Carlos Alcaraz disputará la final de Montecarlo por primera vez en su carrera. El murciano superó en un correoso encuentro a Alejandro Davidovich en dos mangas (7-6 y 6-4), que levantó hasta cuatro pelotas de partido y, pese a su irregularidad en el saque, vendió caro el pasaporte del murciano hacia su séptima final en un torneo de categoría Masters 1000.
Las dudas no atenazaron a Alcaraz. Davidovich arrancó como un ciclón y dispuso de un ‘break’ a las primeras de cambio que no concretó. El murciano se negó a repetir la historia de cuartos contra Fils y rompió el servicio del malagueño, que no atinaba con los ganadores de derecha, todos al carril del dobles por milímetros.
Alcaraz, durante su duelo ante Davidovich en Montecarlo / EFE
Serio con su servicio, la primera manga se antojaba un paseo para ‘Charly’, que colocó el 3-0 en el Monte Carlo Country Club casi sin romper a sudar. Exhibición de recursos desde el fondo de la pista a golpe de derechazos y dejadas que descolocaron a Davidovich, disipado de su esfervescencia inicial. El costasoleño reaccionó. Ganó su saque y logró su primera rotura en el quinto juego del set (3-2). Pero fue un mero espejismo.
Alcaraz movía de lado a lado a su compatriota, que perseguía la bola con la lengua fuera y desesperado entre gritos de frustación. Aun así, el octavo juego cayó del lado del andaluz tras serias amenazas de rotura (5-3) y una encadenación de ‘rallies’ que despertó la admiración del respetable, entre los que se encontraba Paulo Dybala, futbolista de la Roma.
Estaba en la lona Alejandro Davidovich pero resurgió con la mentalidad que le caracteriza. Se aferró a su saque y sorprendió al resto a Alcaraz. El murciano, viendo que la renta se le había escapado, optó por un juego más agresivo y castigó desde la red al malagueño. La muerte súbita fue inevitable y la confirmación de que, si Alcaraz está concentrado, es imparable.
Davidovich no se rinde
Desperdició tres pelotas de rotura ‘Carlitos’ en el arranque de la segunda manga, pero a la cuarta Davidovich estrelló su golpe contra la red. La desesperación regresaba al rostro del malagueño, jurando entre dientes tras su fallo. Alcaraz confirmó el ‘break’ no sin apuros y puso contra las cuerdas a su rival en un tercer juego maratoniano -ocho pelotas para romper-, que se marchó a los doce minutos y que se decantó del lado andaluz. Davidovich se agarraba al partido con uñas y dientes, pese a los problemas para conectar su primer servicio (2-1).
Murmuros y sonido de joyas moviéndose durante el cambio de pista. La ‘jet set’ de la Costa Azul salía a estirar las piernas mientras Alcaraz y Davidovich recobraban fuerzas. El cuarto juego fue un suspiro, como todos los de Alcaraz. El murciano, sólido en el saque no dio opciones al de Rincón de la Victoria. Tampoco lo hizo Davidovich, con un juego en blanco para colocar el 3-2. El andaluz hizo correr a su oponente, con un par de dejadas deliciosas.
A ‘Carlitos’ le entró envidia y cerró el 4-2 sin ningún punto en contra. El viento arreciaba sobre la pista Rainiero III y los errores se multiplicaron. Alcaraz gestionó su renta en el luminoso y trató de cerrar la manga y el encuentro desde el resto. Pero Davidovich le cerró la puerta. El malagueño levantó hasta cuatro pelotas de partido, una de ellas con una sangre fría absoluta tras una dejada liftada. A la quinta, y con el murciano al saque, cerró su puesto en la final de este domingo con un gran golpe de derecha. «¡Así se termina!, lanzaba Alcaraz a la grada.