La primera jornada del Masters de Augusta ha dejado el contraste de sensaciones que suele ser habitual en el torneo. Aunque, para sufrimiento, el que ha vivido Jon Rahm. El de Barrika ha sufrido una montaña rusa total de emociones. Con el recuerdo de su doloroso rendimiento en los pares cinco el pasado año, la tendencia ha seguido igual en la apertura del torneo y se ha ido agravando a todo su juego a medida que pasaban los hoyos.
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Rahm ha firmado dos birdies y cinco bogeys, un sufrimiento total que le dejará como gran objetivo para este viernes el de tratar de superar el corte. Para ello, sobre todo, deberá recuperar confianza para empezar a restarle golpes a su marcador. El primer paso, eso sí, será lograr buenas salidas desde el tee, porque nunca ha logrado ser regular en él y porque los fallos le han penalizado mucho a la hora de definir los distintos hoyos.
La jornada, de hecho, ha arrancado con una salida al búnker de Rahm que era preludio de lo que esperaba durante el día. Eso sí, un enorme approach le ha permitido salvar el par cuatro inicial. Pero Jon ha repetido jugada en el hoyo 2, se ha liado en la salida del búnker para dejarse en él un golpe y ha acabado cerrando el primer par cinco del día con un bogey nada halagüeño.
Una de sus pocas salidas brillantes, en el par cuatro del 3, ha anticipado un birdie dado tras un gran golpe desde calle, pero la caída del green del hoyo 4 ha escupido para fuera un todo o nada en busca del birdie o del bogey. Ese error le ha hecho daño a Rahm, que ha desperdiciado los siguientes putts para birdie y se ha encontrado con un bogey en el 7 tras quedarse corto en el green. Un tripateo para par, un putt para birdie errado, un doloroso error con el putt para par en el 10 y otro putt largo para par fallado en el 11 colocaban a Rahm con +4 a falta de siete hoyos.
En ellos, al menos, Jon ha frenado la sangría. Buenos approaches le han servido para sacar adelante el par cuatro del 12 y para, en Azalea, el par cinco del 13, dejarse el birdie dado tras un putt largo para eagle que no convertía por poco. Los putts, sin embargo, se resistían de nuevo en los siguientes hoyos, especialmente en un 17 en el que el birdie parecía dado. Al menos, Rahm salvaba el par del 18 tras haberse ido al búnker. Este viernes le toca mejorar si quiere estar en el top50 que seguirá adelante en el Masters de Augusta.
