Un respeto para el dormitorio

‘Un respeto para el dormitorio’. / Shutterstock

Las casas importan. De ahí el éxito de la expresión «volver a casa«. La Odisea cuenta la vuelta a casa de Ulises tras la guerra de Troya. Gracias a ese deseo, el de volver, se escribió uno de los poemas fundamentales de nuestra cultura. Ulises enfrenta toda clase de peligros (monstruos, dioses caprichosos, tentaciones y naufragios) impulsado por la necesidad moral del regreso. Se juega su identidad en ello. Hay cientos de canciones que repiten este estribillo, el del regreso al origen. La comunidad de Madrid acaba de adquirir la casa del poeta Vicente Aleixandre por su valor simbólico, la ha comprado por su valor simbólico. Las casas importan. Según Carlos Egea, experto en sueño, el dormitorio de la casa solo debe emplearse para dormir y para el sexo. Para tener dormitorio, claro, hay que tener casa. Y no hay casas. Veinte metros cuadrados no hacen una casa, hacen una mierda.

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