La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha detectado «varias restricciones a la competencia» en las medidas antitabaco incluidas en el proyecto de real decreto, entre las que se encuentran el etiquetado genérico y la prohibición de sabores y aromas. El organismo ha elaborado un informe sobre el contenido de la norma y ha concluido que «algunas medidas afectan a la libertad de empresa, por lo que deberían justificarse bajo los principios de buena regulación e incluirse en una norma con rango de ley».
En el proyecto de real decreto se introducen dos novedades. La primera de ellas, muy polémica en el sector, es aplicar el llamado etiquetado genérico, o la apariencia uniforme para los paquetes de cigarrillos y tabaco de liar. En la norma también se incluye la prohibición de aromatizantes o saborizantes distintos que confieran aroma y/o sabor a tabaco en los cigarrillos electrónicos, las bolsas de nicotina y productos a base de hierbas calentadas.
En su informe, la CNMC subraya que las restricciones «deberían ajustarse a los principios de buena regulación«, como la necesidad, proporcionalidad y la no discriminación, y sustentarse en razones de interés general «debidamente identificadas y acreditadas». Puesto que las limitaciones afectan a la libertad de empresa, «deberían estar respaldadas en una norma con rango de ley». Por este motivo, sugiere una reforma legal que ofrezca un respaldo a las medidas planteadas para los nuevos productos.
El organismo presidido por Cani Fernández señala que, una vez en vigor, la norma deberá ofrecer un periodo transitorio de entre 10 y 12 meses para que el sector se adapte a la norma. Por último, la CNMC recomienda que el proyecto de real decreto deberá ofrecer «evidencias empíricas» para acreditar que tanto el etiquetado genérico como la prohibición de sabores y aromas se ajustan a los principios de buena regulación.