La relación entre el magnate Elon Musk y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha visto deteriorada en las últimas semanas a raíz de diferentes sucesos y declaraciones que han resquebrajado la entereza que inicialmente transmitía este binomio. Especulaciones, desacuerdos e insultos han salido a la palestra en un contexto comercial muy tenso después de que el presidente estadounidense anunciase nuevos y arbitrarios aranceles y de que se empezase a vaticinar una posible salida del dueño de Twitter del gobierno americano, tan solo unos meses después de haber comenzado a formar parte del mismo. Para entender cómo están las cosas actualmente entre ambos, conviene repasar cronológicamente los hechos que han llevado hasta este momento.
La pasada semana, el medio Politico publicaba que Musk dimitirá de su puesto como consejero en las próximas semanas. Habría sido el propio Donald Trump, presuntamente, el responsable de tal aseveración, trasladándola a su círculo más cercano. Según detalló el mismo medio, aunque el republicano está satisfecho con la labor del dueño de Tesla al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ambos habrían decidido que «pronto será momento para que regrese a sus negocios y asuma un papel de apoyo«. A juicio de Politico, la retirada de Musk también podría venir motivada porque muchos aliados de Washington se sienten frustrados por su imprevisibilidad y tienen al multimillonario como un lastre político. Los métodos disruptivos de Musk, especialmente con publicaciones en X o en cuestionables apariciones públicas, han generado tensiones con secretarios del Gabinete y la propia jefa de gabinete, Susie Wiles. A pesar de ello, en una reunión a finales de marzo, Trump elogió a Musk como un «patriota» y varios funcionarios aplaudieron su cruzada contra la burocracia.
El propio Trump ha avanzado su posible marcha
A su vez, además de lo publicado por Politico, el propio Donald Trump se aventuró a hacer afirmaciones similares, como que Musk abandonará el Gobierno dentro de «unos meses«.
El republicano fue preguntado por la prensa a bordo del Air Force One sobre Musk, después de que el juez conservador al que respaldaba el empresario perdiera en las elecciones al Tribunal Supremo de Wisconsin. «Elon es genial. Pero también tiene que dirigir un gran número de empresas«, arrancó, por lo que, a su juicio, «en algún punto tendrá que marcharse». «Probablemente sea en unos meses, aunque me gustaría que se quedase el mayor tiempo posible», agregó.
Choques por la política arancelaria
Con este telón de fondo con muchas dudas sobre la continuidad del empresario en el Gobierno estadounidense, que ya de por sí invitaba a las reticencias, surgió un nuevo inconveniente: los aranceles.
Aunque la relación entre el empresario sudafricano y el presidente estadounidense sea buena, ambas figuras han encontrado un punto de choque en la política arancelaria de Donald Trump, que está siendo muy agresiva contra agentes como China o la Unión Europea. Pese a su apoyo fiel a Trump, Musk se ha desmarcado del discurso arancelario del presidente para expresar su deseo de tener «aranceles cero» con Europa, dado que a él le supondría especial beneficio empresarial.
El presidente estadounidense ha mostrado sus intenciones de cambiar la política comercial estadounidense, estableciendo un arancel arbitrario del 20% sobre cualquier producto europeo. Sin embargo, su aliado ha afirmado en videoconferencia en un congreso de la extrema derecha italiana organizado por el viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, que espera que Europa y Estados Unidos se muevan «hacia una situación de cero aranceles«, creando una «zona de comercio libre» entre ambos entes.
Aunque Musk defiende la marca estadounidense y la política proteccionista del presidente, tiene varias plantas en Europa que fabrican partes de sus coches Tesla, lo que probablemente motive este desacuerdo con el presidente. «Espero que Estados Unidos y Europa puedan establecer una alianza muy cercana«, contó Musk en la conferencia, contradiciendo las reclamaciones de Trump, donde llama a la Unión Europea un bloque comercial «abusivo» y «extremadamente agresivo».
«Más tonto que un saco de ladrillos»
Otro punto de alta tensión llegó esta semana, cuando Elon Musk tachó de «imbécil» al asesor del presidente en materia de Comercio, Peter Navarro, considerado el ideólogo de la política arancelaria desplegada por la Administración estadounidense.
A través de la red social X, de su propiedad, el magnate de origen sudafricano calificó de «imbécil» a Navarro, doctor en Economía por la Universidad de Harvard, después de que este haya afirmado en la cadena NBC que Elon Musk es un «ensamblador de coches» que quiere «piezas extranjeras baratas» para fabricar sus automóviles, añadiendo que ese modelo económico «no funciona para Estados Unidos» y es malo para la economía y la seguridad nacional.
«Navarro es un auténtico imbécil. Lo que dice aquí es manifiestamente falso», contestó Musk a los comentarios del asesor presidencial de Comercio, añadiendo que Tesla es la marca de coches más fabricados en Estados Unidos. «Navarro es más tonto que un saco de ladrillos«, apostilló.
El choque entre los dos colaboradores de Donald Trump ha ido ganando en intensidad en los últimos días tras el anuncio el pasado 2 de abril de la imposición por parte de Estados Unidos de aranceles recíprocos a buena parte de los principales socios comerciales del país, mientras que Musk, como se ha expresado en líneas anteriores, se mostró defensor de que Europa y Estados Unidos puedan llegar en algún momento a crear una zona de libre comercio.
En este sentido, en contra de la defensa por parte de Navarro de la imposición de aranceles, Elon Musk afirmó que «un doctorado en Economía de Harvard es malo, no bueno«.
La Casa Blanca le resta importancia
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha tenido que restarle importancia a las discrepancias entre Musk y Navarro.
Consultada por estas discrepancias, Leavitt ha señalado que Musk y Navarro son «individuos que tienen puntos de vista muy diferentes sobre el comercio y los aranceles«. «Los chicos serán chicos, y dejaremos que su enfrentamiento público continúe», ha manifestado Leavitt tirando de una clásica expresión americana (Boys will be Boys), que minimiza cualquier situación a un enfado de niños.
«Todos ustedes deberían estar muy agradecidos de que tengamos la Administración más transparente de la historia. Creo que también habla de la voluntad del presidente de escuchar a todas las partes, que tiene gente en los niveles más altos de este gobierno en esta Casa Blanca con opiniones muy diversas sobre cuestiones muy diversas», ha valorado.
Así, la portavoz de la Casa Blanca ha destacado en rueda de prensa que el presidente Trump «tiene en cuenta todas las opiniones» y que finalmente adopta las decisiones «basándose en los mejores intereses para la población estadounidense».
Así las cosas, las relaciones entre Trump y Elon Musk no se encuentran en su mejor momento. El telón de fondo vaticina que abandonará en escasos meses la administración para dedicarse a sus negocios, los aranceles no le han gustado al sudafricano y el enfrentamiento con Navarro ha sido la gota que ha colmado el vaso esta semana, incurriendo en el terreno de la descalificación. Está por ver si las aguas se apaciguan medianamente o si los roces van a más entre dos figuras de lo más excéntrico de la política mundial.
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