Un joven ha sido condenado hoy a tres años de prisión por abusos sexuales a una niña en la casa donde estaba acogido en la localidad de Binissalem, en Mallorca. El procesado, refugiado saharaui, estuvo casi una década conviviendo con la familia y sometió a tocamientos en varias ocasiones a una de las menores con las que vivía. En el juicio ha reconocido los hechos y se ha declarado autor de un delito de abusos sexuales tras el acuerdo alcanzado entre su abogado Bernat Garí, y la Fiscalía, que reclama inicialmente seis años de prisión.
El tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial ha dictado sentencia en el acto. El fallo señala que el acusado tiene reconocida la condición de apátrida y, por tanto, no puede ejecutarse su expulsión de España. Además, deberá cumplir una orden de alejamiento de 12 años de la víctima, a la que deberá indemnizar con 10.000 euros.
El procesado llegó a Mallorca en 2013, cuando tenía once años. Una familia lo acogió en su domicilio de Binissalem. Vivía allí todo el año y en verano regresaba al Sáhara para visitar a sus padres. Entre septiembre y noviembre de 2021, cuando tenía ya 19 años, abusó sexualmente de una de las hijas de la pareja, que tenía 11 años. Por la noche, cuando la familia dormía, la sometía a tocamientos por todo el cuerpo. La sentencia detalla que estos abusos se sucedieron «en bastantes ocasiones», aunque no se puede precisar el número exacto.
El caso fue finalmente denunciado a finales de 2021 y un juzgado de instrucción de Inca abrió diligencias. La Fiscalía imputó al joven un delito de abusos sexuales y reclamó para él una condena de seis años de prisión. La pena ha quedado finalmente establecida en tres años de cárcel tras el acuerdo alcanzado entre la acusación y la defensa.