El presidente de la Croem, Miguel López Abad, asegura que en este momento «no toca» la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas y ha defendido que, por el contrario, sería necesario alargarla hasta las 41,8 horas a la semana para alcanzar «la productividad media de Europa. López Abad, que este miércoles ha intervenido en la 47 Asamblea General de la Croem junto a los presidentes de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras y de la patronal nacional CEOE, Antonio Garamendi, ha vuelto a criticar el aumento del salario mínimo y ha recordado que las empresas no han alcanzado la subida del 61% que acumula la retribución establecida por el Gobierno desde 2018.
La asamblea general de la Croem ha estado marcada este año por las diferencias entre los presidentes de la CEOE, Antonio Garamendi, y de Cepyme, Gerardo Cuerva, que están enfrentados a causa del relevo en la patronal nacional de las pequeñas empresas. Gerardo Cuerva no ha formado parte este año del comité encargado de recibir a las autoridades y a los demás invitados al encuentro empresarial, tal y como ocurría en años anteriores.
López Abad, que está al frente de los empresarios de la Región desde hace algo menos de un año, ha defendido que «la situación geopolítica» generada a raíz de la entrada en vigor de los aranceles de EE UU está lastrando la economía, por lo que considera que la reducción de la jornada laboral «no toca».
«Somos el país menos productivo de Europa. Es que España, para estar en la media productiva de Europa, debería trabajar 41,8 horas a la semana», ha defendido, por lo que ve fuera de lugar la reducción de la jornada semanal que el Gobierno ha pactado con los sindicatos.
«La reducción a 37,5 horas o a 35 no creo que atienda a necesidades de este país, de esta sociedad», ha asegurado. No obstante, ha apuntado que quiere que «que las personas que forman mi empresa vivan bien y tengan salarios dignos, pero tienen que ir acordes con el resultado de la empresa»,
De igual forma, ha explicado que cuando un empresario consigue comprarse «una casa o un bien le sirve para avalar su siguiente operación».
se ha lamentado de que la subida del salario mínimo supone un problema para las empresas, especialmente para las que trabajan para la Administración, porque no pueden trasladar el aumento del 4,4% a los presupuestos en los que se adjudicaron los contratos.
El máximo responsable de la patronal regional, que hace varias semanas había llegado a tachar al Gobierno central de «comunista», también ha dicho que «la inflación ha subido un 19%».
Ha precisado que «el cien por cien de la subida no va a bolsillo del trabajador», sino que una parte se destina «a las arcas públicas», por lo que el asalariado no percibe realmente el desembolso que realizan las empresas.
López Abad ha iniciado su intervención pidiendo «respeto para el empresario, que es el que pasa la noche sin dormir» y el que crea riqueza, mientras que advertía de que «hay una situación de hartazgo».
Reclama un pacto a favor de los Presupuestos del Estado
El presidente de la Croem también ha reprochado al Gobierno central que no haya aprobado los Presupuestos de 2025 y ha apuntado que la prórroga de las cuentas del Estado dificultará el aumento del gasto en Defensa que se propone este año para equiparlo a la media europea.
«¿Sería una utopía que los dos partidos mayoritarios puedan llegar a un acuerdo en el Congreso?» se ha preguntado, al tiempo que dejaba claro que él nunca ha «copiado y pegado» los presupuestos de su empresa de un año para otro.
De igual forma, se ha quejado del trato que recibe la Región en materia de infraestructuras y ha recordado que las dificultades en las comunicaciones obligaron a retrasar a una reunión empresarial en Lorca. También ha recordado que «en 2027 se le pegará un Tajo al Trasvase».
Respecto a los aranceles establecidos por EE UU ha dicho que «ser empresario hoy es más difícil que hace un año y que hace un mes», aunque ha reiterado que la economía se ha recuperado de otras crisis, tal y como ocurrió con el Brexit o con el conflicto de Ucrania.
A la asamblea ha asistido la nueva secretaria general de UGT, Paqui Sánchez, que a finales de marzo sustituyó a Antonio Jiménez y acudía por primera vez a un encuentro de la patronal, y Santiago Navarro, secretario general de CC OO.