el derecho a crecer juntos

Según cifras ofrecidas por Aldeas Infantiles SOS, en la actualidad hay cerca de 52.000 niños, niñas y adolescentes crecen en el sistema de protección español, separados de sus padres. El 49% de estos niños y niñas permanecen en centros residenciales y el 51% en acogimiento familiar. De estos últimos, el 59 % vive con algún miembro de su familia extensa, abuelos y tíos por lo general, y el resto con familias no emparentadas.

Pero para todos ellos, es esencial mantener las relaciones fraternales debido al papel que juegan en el desarrollo de la resiliencia y la recuperación emocional tras ser separados de sus padres. Sin embargo, no hay cifras oficiales sobre cuántos viven, además, separados de sus hermanos, lo que dificulta la adopción de medidas adecuadas que garanticen mantener ese vínculo y, por ende, su bienestar emocional, tal y como destaca la organización.


Vínculo y pertenencia

Fátima es la mayor de tres hermanas. Tenía 8 años cuando entró en el sistema de protección. Cuenta que, al llegar al primer centro, la más pequeña, que tenía un año, no estaba con el resto en el mismo centro. “No estar con ella me afectaba mucho. La echaba de menos, me preocupaba por si estaba bien, me angustiaba mucho. En Aldeas, dos años después, entramos las tres juntas en la misma casa. Así fue mucho mejor”, recuerda. De igual modo, Juan, que ahora tiene 19 años, destaca la importancia que tiene el hecho de no separar nunca al grupo cuando dejan la casa familiar, porque “ya es suficiente sufrimiento la separación de los padres”, y destaca que “además, hay centros para esto, para que los hermanos estén juntos en un hogar, como Aldeas”.

Y es que el vínculo fraternal y de apego seguro genera un sentimiento de pertenencia que, no solo permite asimilar procesos traumáticos de forma compartida, también promueve el enraizamiento, y ofrece más oportunidades a las niñas, niños y adolescentes. Les ayuda a enfrentarse a la vida con éxito y enriquece su crecimiento al desarrollar capacidades emocionales como la empatía. Porque en condiciones adversas, de inestabilidad o de tensión prolongada, como ocurre cuando estos pequeños son separados de sus padres, el vínculo que establecen se hace más fuerte y favorece su recuperación emocional.

La necesidad de datos reales

“Cuando los padres están ausentes, los hermanos son esenciales y pueden ayudar a disminuir el trauma sufrido por el niño o la niña al ser separados de sus progenitores”, subraya Pedro Puig, presidente de Aldeas Infantiles SOS. Por ese motivo, la organización de atención a la infancia busca profundizar el impacto que tiene romper este vínculo, compartiendo en el Día de los Hermanos, que se celebra cada 10 de abril, las conclusiones recogidas en el informe «Hermanos en acogimiento: Derecho a crecer siempre juntos». Entre ellas destaca en primer lugar cómo dicha separación afecta a su desarrollo emocional y su capacidad de adaptación. A través de un análisis detallado, el informe identifica aquellas barreras que dificultan la acogida conjunta y propone medidas para garantizar su derecho a crecer juntos y compartir su infancia.


Medidas esenciales

La acogida conjunta debe ser considerada como una medida esencial a la hora de planificar el acogimiento. Incluso, debe tenerse en cuenta la opinión de los niños y adolescentes sobre la forma más adecuada de dicho acogimiento, algo que conocen muy bien en Aldeas. Solo durante el último año, Aldeas Infantiles SOS ha procurado un entorno familiar protector a 1.320 niños, niñas y adolescentes que habían perdido el cuidado parental, y ha garantizado su derecho a permanecer juntos, un principio básico recogido en la Convención sobre los Derechos del Niño, las Directrices sobre las Modalidades Alternativas de Cuidado de los Niños y la Ley de Protección Jurídica del Menor, en España.

El mismo informe destaca la necesidad de destinar los recursos financieros y humanos necesarios, así como favorecer las condiciones adecuadas que faciliten la acogida de grupos de hermanos en una misma familia y diseñar una serie de competencias profesionales que hagan frente a las relaciones fraternales. También ha detectado la necesidad de unificar los estándares sobre buenas prácticas de acogimiento entre comunidades autónomas, junto con la creación de una metodología de recopilación de datos y estadísticas que ayuden a atender las necesidades específicas a través de políticas concretas y de acción directa.


Por último, el mismo estudio incide en la importancia de garantizar el derecho a permanecer en contacto en aquellos casos en los que los hermanos no puedan permanecer juntos, es decir, cuando existan razones de peso que indiquen que mantenerlos juntos es contrario a su interés superior.

Y es que, mantener las relaciones fraternales resulta clave para la estabilidad emocional de los niños, niñas y adolescentes que han perdido el cuidado parental, y ayuda a mitigar su sentimiento de desarraigo.

Exposición fotográfica “Juntos porque somos hermanos”

Además, Aldeas Infantiles SOS acaba de inaugurar en Bilbao la exposición fotográfica “Juntos porque somos hermanos”, un homenaje a los niños y niñas que crecen lejos de sus familias y que, además, se enfrentan al dolor de verse separados de sus hermanos. Las imágenes, que retratan las relaciones fraternales de niños y niñas de distintos países, podrán contemplarse en el Puente de Bizkaia hasta el 5 de mayo.

El acto contó con la presencia de la alcaldesa de Portugalete, Mª José Blanco; el presidente de Aldeas Infantiles SOS, Pedro Puig; la concejala de Servicios Sociales y Turismo de Portugalete, Loli Torres; la directora de Recursos Humanos y Comunicación de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Itziar Sabas; la directora gerente del Puente de Bizkaia, Marta Uriarte; y los hermanos Rafael y Oskar Alkorta.

La organización inicia así el segundo año de itinerancia de esta exposición fotográfica con la que espera dar visibilidad a la realidad de los hermanos y hermanas y reclamar su derecho a crecer juntos y compartir su infancia.


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