Con las casas de comer no se juega

El artículo 47 de la celebrada Constitución ordena a «los poderes públicos la utilización del suelo de acuerdo con el interés general, para impedir la especulación en la vivienda». Los afamados padres constituyentes podrían haber elegido verbos relativistas, como regular o moderar a los especuladores. Se mostraron taxativos al ordenar que la máquina de vivir no podía transformarse en un negocio. Con las casas de comer no se juega, en román paladino. Medio siglo después queda claro que PP y PSOE incumplen flagrante y deliberadamente el mandato. En cuanto a la autodenominada izquierda verdadera de Podemos, solo le preocupa la vivienda de sus jerarcas, que incluso somete a referéndum por supuesto aprobatorio.

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