Alejandro, un entrenador personal de 37 años de Premià de Dalt (Barcelona), llegó a ‘First Dates’ con un objetivo claro: encontrar el amor.
Su carta de presentación no pasó desapercibida. Apareció en moto, su fiel compañera de aventuras, y desbordando energía. Pero lo que realmente impactó a Carlos Sobera fue su historia de vida.
De gogó a striper y un giro inesperado en Cancún
Alejandro ha llevado una vida llena de experiencias. Trabajó como gogó, fue agente de seguridad y hasta se subió a los escenarios en Estados Unidos como striper. Pero su camino cambió drásticamente cuando un accidente en Cancún lo dejó en silla de ruedas. Lo que podría haber sido un golpe devastador, él lo afrontó con una mentalidad imparable. «Nunca me he deprimido, simplemente me acostumbré a mi nueva situación», explicó al presentador, quien no pudo evitar mostrar admiración por su fortaleza.
«Eres un ejemplo de optimismo», le dijo Sobera, a lo que Alejandro respondió con humildad: «Mucha gente me dice que no sabría afrontarlo como lo he hecho yo».
Una cita llena de chispa con Alejandra
Alejandro, en First Dates / Cuatro
Su cita, Alejandra, una modelo fitness y azafata de 35 años, llegó con ganas de encontrar a alguien que compartiera su estilo de vida. Desde el primer momento, Alejandro se sintió atraído por ella: «Es muy guapa y lo más parecido a una chica fitness».
Cuando Alejandra conoció la discapacidad de su cita, dejó claro que para ella no era un obstáculo: «Nunca rechazaría a alguien por eso. Estoy a favor de la inclusión».
La conversación fluyó con naturalidad entre entrenamiento, alimentación y sus experiencias de vida. «Si entrenas, un punto más», soltó Alejandra en un momento, provocando una sonrisa en Alejandro.
En un momento más íntimo, Alejandro habló sobre su accidente y su forma de ver la vida después de él. «Soy muy positivo y quiero que mi pareja también lo sea. El drama es horrible». Alejandra no dudó en responder: «Me estás describiendo».
¿Segunda cita o solo amistad?
Llegó la hora de la decisión final. Ambos se habían divertido y sentido cómodos. ¿Sería solo una amistad o habría un futuro juntos? Lo cierto es que la chispa entre ellos fue innegable.
El final de esta historia quedó en manos de ellos. Pero, independientemente del resultado, Alejandro dejó claro que su filosofía de vida es imparable: vivir con optimismo y sin miedos. Y eso, sin duda, es lo que lo hace verdaderamente especial.