El doctor Norris causa

Tengo que cambiar el horario de mi paseo por el Muro. Una ciudadana me acecha a diario y desasosiega mi sosiego con asuntos tan varios como latosos. Además, imposta muy mucho lo que dice pues le pirra ir de moderna: «¿Ha visto cómo está de porquería todo el alrededor del edificio del antiguo Hospital? Obviamente, con solo dos seguridades no había manera de evitar daños». No digo nada del innecesario y feísimo «obviamente»: fue cosa de la chavalería y hoy lo usa ya toda la cuarta edad marbellí. Pero sí digo que el hoy tan frecuente «alrededor» como sustantivo singular hiere mis oídos. ¿Qué le pasó al «alrededores» de toda la vida? ¿Y llamar «seguridades» a los antiguos y coloquiales «seguratas»? Vigilantes, guardianes, guardas… o ese anglicismo tan maravilloso: «guachimán». Fíjense qué excelente comienzo de novela sería «El guachimán observaba inquieto los alrededores…».

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