Un momento de amistad

Caminando por la pista entre el bosque, vemos de pronto un corzo que la cruza. Un macho joven y espigado, que se refugia entre los árboles, pero solo se aparta lo justo para sentirse a salvo. Lo vemos y nos ve, nos miramos los tres, hasta que una moto de trial se anuncia y luego pasa envuelta en su ruido por la pista, obligando al corzo a retirarse más al fondo. Cuando el silencio vuelve, logramos localizarlo de nuevo a unos treinta metros, casi mimetizado con la vegetación, y al enfocar los gemelos lo vemos mirándonos, bello y quieto, con la característica curiosidad de su especie, siempre mayor a su joven edad. No podría tal vez decirse que haya un diálogo ahí, pero siento que al menos nos sentimos, pues va corriendo el tiempo y no se va. Hasta que, ¡plop!, el paso por la pista de otro ruido con su individuo dentro (a lomos de un quad, esta vez) nos ha separado para siempre.

Fuente