El oro nunca pasa de moda. Su brillo y su valor lo convierten en uno de los metales más preciados de la historia, no solo en la joyería o en las inversiones, sino también en industrias como la electrónica. Y ahora, más que nunca, este valioso metal está viviendo un auge impresionante, con su precio superando los 3.160 dólares por onza (unos
2.912,90 euros), un récord histórico. Pero hay algo que muchos desconocen: en nuestros hogares podemos tener pequeños tesoros ocultos, literalmente, sin darnos cuenta. Los residuos electrónicos, esos dispositivos que ya no utilizamos, contienen cantidades significativas de oro reciclable.
El oro escondido
Cada vez más personas buscan formas de obtener beneficios de lo que ya no usan. En lugar de simplemente deshacerse de viejos teléfonos móviles, ordenadores o cualquier otro aparato electrónico, muchos podrían estar perdiendo una oportunidad de oro, literalmente. Estos dispositivos contienen metales preciosos como cobre, cobalto y, por supuesto, oro, que hasta ahora se desperdiciaban en vertederos y reciclaje tradicional.
Un equipo de científicos de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich ha revolucionado la forma de extraer este oro de los residuos electrónicos. Los investigadores han desarrollado un proceso eficiente y sostenible que no solo mejora la extracción, sino que reduce significativamente el impacto ambiental. En lugar de recurrir a procesos químicos tóxicos, como era habitual, este método utiliza una esponja especial fabricada a partir de una matriz proteica que absorbe iones de oro de manera más eficiente y limpia.
De residuos a pepitas de oro
El procedimiento es fascinante. Los investigadores utilizaron placas base de ordenadores antiguos y, mediante un proceso de disolución en ácido, separaron los metales presentes, como el oro y el cobre. Posteriormente, la esponja proteica capturó los iones de oro, los cuales fueron convertidos en láminas y luego fundidos. El resultado final: una pepita de 450 mg de oro puro, con una composición del 91% de oro y un 9% de cobre, que equivale a 22 quilates. Este descubrimiento no solo pone en evidencia lo mucho que se puede obtener de lo que consideramos “chatarra”, sino también la eficiencia de los métodos modernos para extraer metales preciosos de residuos.
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Como apunta Raffaele Mezzenga, profesor de la ETH de Zúrich y líder del equipo de investigación, “sabíamos que las esponjas proteicas tienen una alta capacidad de absorción de oro, pero nuestra sorpresa fue encontrar tanto oro”. Este hallazgo pone de manifiesto el enorme potencial que tienen los residuos electrónicos como una mina de oro sin explotar.
El oro oculto en los residuos electrónicos
Este proceso también se presenta como una alternativa interesante al oro tradicional extraído de las minas. No solo reduce los costos y la energía necesarios para la extracción minera, sino que además disminuye los impactos negativos en el medio ambiente. En un contexto en el que el precio del oro sigue batiendo récords, es cada vez más evidente que los dispositivos electrónicos pueden convertirse en una fuente de oro reciclado altamente valioso.

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El precio del oro, por otro lado, continúa en aumento debido a las incertidumbres económicas globales, como la reciente guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, que ha causado fluctuaciones en los mercados. En un mundo donde los activos refugio se buscan más que nunca, el oro sigue siendo una inversión segura. Y ahora, además de comprarlo, cada vez más personas podrían estar sentados sobre una pequeña fortuna tecnológica escondida en su propio hogar.