En el tema de la riada del 29 de octubre seguimos observando con asombro todo tipo de noticias, opiniones de expertos y comentarios de cuñados. Ya he dicho en otras ocasiones que la frase que más miedo me da después de un incendio forestal que ha arrasado centenares de hectáreas es esa de «mañana mismo iniciaremos la reforestación de todo lo quemado”. Seguramente es lo que la clase política cree que debe decir porque una buena parte de la opinión pública es lo que demanda. Nadie plantea una reflexión sobre las causas del incendio, no de la ignición, sino de las causas de la propagación, casi siempre vinculadas a la pésima gestión agroforestal. Si ese es el planteamiento, si reforestamos para dejarlo todo como estaba, si entramos a saco en el espacio quemado retirando árboles con maquinaria pesada y nos cargamos el suelo y la regeneración natural, no solucionaremos nada, volveremos a crear un espacio con grave riesgo de sufrir un incendio cada vez más destructivo e irrecuperable.
En el caso de lo sucedido en Horta Sud y Ribera Baixa estamos un poco en lo mismo. La idea más vendida es la de restaurar todo lo destruido por la riada para dejarlo como estaba. Si les dices que eso, a la vista de lo sucedido, es un poco temerario porque, si viene otra riada, el desastre será el mismo, te dicen que bastarán unas pocas inversiones en presas y canales que regulen los barrancos que se han desbordado para que eso no se repita y la población pueda vivir segura, y eso no es verdad. Al final las distintas soluciones técnicas acaban siendo adoptadas por partidos distintos, como pasó con el problema del agua, donde los trasvases eran la solución del PP, y las desaladoras la del PSOE.
El hecho indiscutible es que hay mucho que cambiar en la ordenación del territorio, hay que replantear la arquitectura de los edificios construidos, hay que evitar construir en las zonas de mayor riesgo, hay que informar a la población del riesgo de la zona en que vive, hay que mejorar los protocolos de aviso a la población y, sí, seguramente, también habrá que hacer alguna infraestructura de control en los cursos fluviales. Pero, por favor, no vendamos soluciones facilonas.