Alberto Núñez Feijóo tiende la mano al Gobierno para dar respuesta a la embestida arancelaria de Estados Unidos. Y aunque el líder del PP sigue apostando por “la diplomacia” y el intento de revertir la situación, reconoce que el deber de su partido en este momento es “contribuir a articular una estrategia de país”. El jefe de la oposición cree que el plan del Ejecutivo sigue en fase “embrionaria”, pero admite que hay “elementos acertados”. Y la voluntad de entendimiento es muy superior a la de otras ocasiones: “No habrá respuesta adecuada a la guerra comercial sin unidad”, admitió Feijóo en presencia de los sectores más afectados por los aranceles y los consejeros de las comunidades autónomas del PP, reunidos en Génova este lunes por la mañana.
El PP recibió a las once de la noche del domingo el real decreto ley con las primeras ayudas que el Consejo de Ministros aprobará este martes y a lo largo de la tarde del lunes remitirá sus propuestas al ministro de Economía, Carlos Cuerpo. Feijóo sí avanzó sus dudas sobre que los fondos Next Generation vayan a servir para paliar los efectos de los aranceles tras el intento de utilizarlos en la pandemia y para los afectados de la DANA con niveles de ejecución muy bajos. “Si han sido ineficaces, volverán a serlo”, afirmó, solicitando que el Gobierno cuente con las comunidades autónomas para llevar a cabo esta tarea de manera eficiente.
Los conservadores también reprochan que el Gobierno abuse de mecanismos como avales y créditos ICO porque entienden que el “método más ágil”, manifestó Feijóo, es “la bajada de cotizaciones e incentivos fiscales” para las empresas más expuestas. Y entre sus propuestas -citó 10, cuatro de ámbito comunitario y seis en el puramente nacional- pidió un fondo específico de la UE y otro español, que estaría financiado con los aranceles que se queden en España en caso de que esa respuesta se confirme. La filosofía del PP es que se concreten más las ayudas directas.
En el ámbito comunitario Feijóo pone el foco en que haya “una sola voz” de la Unión Europea, la necesidad de articular un marco temporal para las ayudas centrado en el impacto que sufrirán las pymes, que se acelere la eliminación de trabas burocráticas y que el continente se plantee su peso a nivel global, mirando a otros socios comerciales como India, Corea del Sur, Singapur y Mercosur.
El mayor reproche que lanza Feijóo al real decreto ley es que de los 14.100 millones anunciados por Sánchez, hay 6.000 “que no están desarrollados”. Según el PP solo hay 400 “a fondo perdido” y, de ahí, que insista en la concreción. La otra petición es un plan de competitividad industrial bajo la idea, que Feijóo la repitió en bastantes momentos, de que la respuesta a los aranceles no es algo puntual, sino que será sostenido en el tiempo e implica reformas importantes de transformación.
En ese plan urgente para recuperar la competitividad, el líder del PP pidió ampliar la vida útil de las centrales nucleares (su partido registró la semana pasada una proposición de ley) y eliminar el impuesto a la producción eléctrica. También exigió un plan de infraestructuras hidráulicas y revisar a fondo la política fiscal.
Precisamente, la fiscalidad es una de las vías que el PP pide analizar a fondo para paliar los efectos de los aranceles estadounidenses con medidas concretas: desbloquear un plan de fiscalidad específico para el mundo agrario, revisar las cotizaciones sociales de los sectores más afectados, ajustar el Impuesto de Sociedades y rebajar el IRPF para ajustarlo a la inflación. Esta última es una de las medidas más repetidas por el PP en los últimos dos años de contexto de crisis, especialmente por la guerra en Ucrania y que ahora recupera en el marco arancelario.