Jagoba Arrasate tiene un problema y de los grandes. Vedat Muriqi, Takuma Asano y Manu Morlanes, que se marcharon con molestias en el duelo contra el Celta, sufren una lesión en los isquiotibiales. En el caso del kosovar y del español en la pierna derecha, mientras que el japonés en la izquierda, tal y como ha informado el propio club. Señalan que su disponibilidad dependerá de la evolución de sus dolencias, pero lo que está claro es que llega en un momento delicado para el Mallorca porque se queda en cuadro.
El delantero balcánico pidió el cambio en el primer tiempo en el minuto 37 tras echarse al suelo porque sufrió unas molestias que arrastraba desde después del parón de selecciones. Se perdió el choque ante el Valencia en Mestalla porque en los entrenamientos previos notó molestias en los isquiotibiales y se decidió no forzar, pero ante el Celta se encendieron unas alarmas que han confirmado el peor de los presagios.
La lesión de Asano también preocupa porque le ha castigado el mismo músculo que lo dejó en el dique casi tres meses. El japonés ya sufrió una lesión en los isquiotibiales en la primera vuelta después del duelo contra la Real Sociedad en septiembre, que con recaída incluida, lo apartó del verde hasta diciembre. Que se resienta en la misma zona después de siete titularidades alarma.
Morlanes tampoco está teniendo suerte este año. Cayó lesionado después del partido de Supercopa contra el Real Madrid y tardó casi dos meses en regresar a la competición. Lo sustituyeron casi a la hora de juego porque parecía que tenía una sobrecarga, pero las pruebas han detectado una dolencia por la que se tiene que alejar del terreno de juego después de tres titularidades.
El técnico vasco tiene una papeleta difícil de resolver porque dejará de contar durante algunas jornadas, todo hace indicar que al menos los siguientes tres partidos, con tres titulares. La complejidad está en que no tiene ni sustitutos de garantías ni recambios de un perfil parecido. Arrasate confía en quince jugadores y con matices. Deslizó en la última rueda de prensa, que deben demostrar más en el césped.
El equipo bermellón vive una situación peculiar cuanto menos. Ha logrado virtualmente la salvación con sus 40 puntos, pero su rendimiento ha caído en todo 2025, algo que se ha hecho más patente en las últimas dos jornadas con derrotas más dolorosas por las formas que por los tropiezos en sí, ya que dejan un sabor muy amargo. Lo alejan de Europa, pero el objetivo real es una permanencia tranquila, que sí han conseguido.
Buscar sustitutos al trío de lesionados, al que hay que añadir Robert Navarro, es casi imposible. Todo hace indicar que tendrá que modificar el sistema de juego, que dará más oportunidades a los menos habituales y que los futbolistas del filial tendrán más protagonismo al menos en las convocatorias. O una mezcla de estas. Los siguientes tres partidos son claves para confirmar la próxima tendencia del Mallorca sobre el terreno de juego.