El Real Zaragoza termina esta trepidante jornada como la había
empezado, es decir, fuera de la zona de descenso y a un punto del Eldense, tras
vencer este domingo al Mirandés (1-0) con un gol de cabeza del defensa
luso-caboverdiano Jair Amador, que se redimía totalmente del error que había
cometido la semana anterior en Santander. Su gol a doce minutos del final desató
la euforia en la grada, con una afición que tuvo fe en su equipo y le llevó en
volandas hacia una victoria primordial. La esperanza de lograr la salvación es
ya convicción de la mano de Gabi, que le ha dado vida a un equipo que estaba
muerto tras el desastroso y nefasto paso de Miguel Ángel Ramírez por el club.
El conjunto aragonés empezaba su partido tras haber dormido en
descenso después del triunfo el sábado del Eldense en el campo del Cartagena.
Por tanto, esta importante victoria zaragocista, además de mostrarnos el
resurgir de un equipo que vuelve a estar vivo de la mano de Gabi y, sobre todo,
de su afición, deja las cosas como estaban en la tabla clasificatoria, con el
conjunto maño con un punto de ventaja sobre el alicantino.
El triunfo, el primero de la era Gabi Fernández tras tres
encuentros como técnico del Zaragoza, tiene un efecto psicológico muy
importante en el equipo aragonés porque rompió una racha nefasta de una
victoria en los doce encuentros precedentes y, además, en un estadio La
Romareda donde no ganaba desde el 21 de diciembre pasado, por 1-0 al Racing de
Ferrol, con David Navarro ese día en el banquillo.
Además, la jornada también deja el empate del Castellón en casa
y, sobre todo, las derrotas del Málaga y del Sporting de Gijón, que ha
destituido a su entrenador. Por tanto, estos tres equipos se meten también de
lleno en la lucha por evitar el descenso, junto al Real Zaragoza y el Eldense. Para
el Mirandés la derrota supone un frenazo en sus aspiraciones de ascenso
directo, aunque mantendrá la cuarta posición en la clasificación.
El Real Zaragoza se impuso
en un partido trabado, con pocas ocasiones y menos remates entre los tres palos
y gracias a una acción de estrategia en un saque de esquina que cabeceó Jair
Amador en el minuto 78. Desde luego, por empuje, fe y convicción, el conjunto de
Gabi mereció la victoria, no exenta, desde luego, de sufrimiento y sacrificio.
Ambos equipos de inicio dieron la sensación de respetarse mucho,
por lo que la presión en el centro del campo era intensa, lo que dificultaba en
exceso llegar con peligro al área rival.
Aún así, el Real Zaragoza
sorprendió al Mirandés en una jugada de Adu Ares que acabó rematando Samed
Bazdar, quien, escorado, cruzó el balón en exceso en el minuto 5 de partido.
Con muchas interrupciones,
brusquedades, choques y poca continuidad, el juego, aunque intenso, prácticamente
transcurrió siempre en el centro del campo. Aunque la afición local se llevó un
susto mayúsculo cuando Joel Roca se plantó sólo en el área zaragocista en fuera
de juego y Jair Amador lo agarró. Pero no cabía hablar de penalti porque el
fuera de juego era claro y lo incomprensible es que se dejara acabar la jugada.
Pero es la moda ahora en el desquiciado mundo del arbitraje actual. Un susto
absolutamente innecesario.
El equipo aragonés se repuso con un par de buenas acciones en
los minutos 22 y 27 del hondureño Kervin Arriaga, en la primera con un remate
alto en el área tras un saque de falta y en la segunda con un disparo raso que
atajó bien el meta del equipo burgalés.
El conjunto de Gabi
Fernández dominó en esa fase del partido hasta el final del primer periodo ante
un Mirandés al que le costaba llegar al área zaragocista pero que tuvo una gran
oportunidad en un mal despeje de Jair que fue hacia su propia portería y que
volvió a poner el corazón en un puño a la sufrida afición ‘blanquilla’.
Tras el descanso, se vio a un Mirandés que intentó tener más el balón, lo que obligó
al Real Zaragoza a defender más cerca de su área.
Aún así, el que primero
tuvo la opción de marcar fue el conjunto zaragozano en un remate de Ager Aketxe
a poco de iniciado el segundo tiempo que salió por encima del larguero.
La réplica la dio Iker
Benito en el minuto 72 con un disparo que salvó el meta francés Gaetan Poussin
con una gran intervención.
Con el partido atascado,
pero tenso a más no poder, de entre los jugadores que salieron desde el
banquillo, emergió Tasende con un empuje y una casta dignas de mención. Él
forzó y sacó fenomenalmente el córner que cabeceó Jair a las mallas para poner
el 1-0 en el marcador en el minuto 78. La Romareda se vino abajo, consciente de
la tremenda importancia, quizás histórica, del gol del luso-caboverdiano.
A partir de ahí, el Real Zaragoza
supo sufrir en defensa en el cuarto de hora que aún tenía por delante, apoyado
constantemente desde la grada, que entendió el momento delicado por el que
atraviesa el equipo y que estalló en una ovación con el pitido final como hacía
tiempo que no se vivía en La Romareda.
R. Zaragoza 1: Poussin;
Francho, Vital, Jair, Clemente (Tasende, m.75); Adu Ares (Pau Sans, m.61), Raúl
Guti, Arriaga, Aketxe (Liso, m.75); Bazdar (Marí, m.75) y Soberón (Kosa, m.86).
Mirandés 0: Raúl Fernández; Juan Gutiérrez (Alex Calvo, m.85),
Tachi (Pablo Tomeo, m.69), Eguiluz; Rincón (Julio Alonso, m.85), Lachuer
(Butzke, m.85), Gorrotxategi, Iker Benito; Reina, Panichelli y Joel Roca
(Izeta, m.66).
Gol: 1-0, m.78: Jair.
Arbitro: Arcediano
Monescillo (Comité de Castilla-La Mancha). Amonestó a Aketxe y Raúl Guti, por
los locales, y a Rincón, Lachuer y Juan Gutiérrez, por los visitantes.
Incidencias: partido
correspondiente a la jornada 34 de Liga de Segunda división disputado en el
estadio La Romareda de Zaragoza ante 20.290 espectadores. Se guardó un minuto
de silencio por el reciente fallecimiento de Ricardo Lapetra, que fue futbolista
del equipo aragonés entre 1959 y 1963, y por el joven de 21 años Alejandro
Benavides Cerezo, muy vinculado al fútbol base aragonés y al Real Zaragoza.