La reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas a la semana sigue sin ser una realidad en España. El Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de ley a principios de febrero después de sufrir un considerable retraso, pero aún debe discutirse en el Congreso de los Diputados en lo que se prevé una dura negociación; con el rechazo de la patronal.
Esta medida, según la vicepresidente del Gobierno y titular de Trabajo, Yolanda Díaz, «mejora las condiciones de vida» de los empleados y va a servir para «aumentar la productividad». «Reduce el absentismo y democratiza los beneficios», ha asegurado.
Además de trabajar media hora menos al día, la reducción de la jornada laboral también va asociada a otras modificaciones significativas. Se trata de un nuevo registro horario, eliminando el tradicional registro con papel y bolígrafo.
Un modelo que buscará poner fin a las horas extra sin retribuir, pues según Díaz en España se hacen actualmente 3 millones de horas extra sin retribuir. El objetivo es que la Inspección de Trabajo y la Seguridad Social permitan una supervisión remota y en tiempo real.
La pausa para el café
Bajo este nuevo sistema, la empresa estará obligada a llevar un registro diario de jornada digital pero serán los trabajadores quienes registren de forma personal y directa sus entradas y salidas. También habrá que registrar todas las interrupciones de la jornada que afecten a su cómputo, identificando además si las horas realizadas son ordinarias, extraordinarias o complementarias. Las firmas deberán concretar si el momento de salir a tomar un café o el bocadillo es parte del tiempo del trabajo.
Tradicionalmente, la pausa para el café y los descansos breves se han considerado parte de la jornada laboral en muchas empresas. Con el nuevo sistema de control horario, las empresas deberán especificar en sus normativas internas si el tiempo de descanso se computa como tiempo efectivo de trabajo, con lo que podría convertirse en tiempo fuera del horario laboral si los convenios colectivos o acuerdos de empresa no establecen lo contrario.
Cuándo entrará en vigor
El Gobierno confía en que antes de verano se desbloquee la negociación y se haga efectiva la ley de la reducción de la jornada. Una vez se apruebe, las empresas dispondrán de un periodo de adaptación para ajustarse antes de aplicar el nuevo registro de jornada digital. Aún así, antes de acabar el 2025 podría ser una realidad en todas las empresas.