Una oda al compañerismo. Eso es lo que ha sido el partido de fútbol celebrado este domingo en el campo del polideportivo de Garbinet, en Alicante, que ha enfrentado por segundo año consecutivo al pueblo gitano y a la Guardia Civil. Todo ello para conmemorar el Día Internacional del pueblo romaní, que se celebrará este martes, 8 de abril.
De gris y negro, la Benemérita ha jugado como local, mientras que los gitanos, ataviados con los colores de su bandera (azul, rojo y verde) lo han hecho como visitantes, en un encuentro amistoso en el que no han faltado los goles. El resultado (7-4) ha quedado en un segundo plano, eclipsado por el disfrute y el afecto que se ha visto en cada jugada, donde rápidamente se tendía la mano al rival tras cualquier lance.
El partido ha comenzado pasadas las 12 del mediodía con una cuenta atrás de cinco segundos coreada por el público, que ha soportado estoicamente el sol que caía a plomo, sin una sola nube que ofreciera tregua. Muchos buscaron refugio en las pocas sombras que ofrecía el campo: bajo un árbol, por ejemplo, se ha podido ver a varios «hinchas» de ambos equipos compartiendo momentos también en las gradas.
Saque de honor
El saque de honor lo ha realizado el coronel y jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Alicante, José Hernández Mosquera. También han estado presentes el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Alicante, Toni Gallego; el edil de Seguridad, Julio Calero; y la responsable municipal de Bienestar Social, Begoña León.
El encuentro, pactado a 35 minutos por parte de ambos equipos, ha sido un auténtico festival de goles. Los primeros en adelantarse en el marcador han sido los guardias civiles, cuando pasaban diez minutos del inicio. La reacción del equipo romaní no se hizo esperar y, tras otros dos goles de la Guardia Civil, consiguieron igualar la intensidad con dos tantos consecutivos.
La primera parte terminó con un 5-2 en el marcador, tras tres goles más de la Benemérita. En la segunda mitad, los guardias volvieron a la carga con dos nuevos goles y pese a marcar también dos tantos los jugadores del pueblo romaní, el partido se cerró con un 7-4.
Más allá del resultado, lo que ha quedado claro es que este partido ha sido, una vez más, una celebración de la convivencia, el respeto y el compañerismo entre comunidades.