Las interconexiones eléctricas submarinas entre las Illes Balears y con la Penínsua han dotado al archipiélago balear de un sistema energético robusto, con unos índices de calidad y seguridad de máximo nivel y, a la vez, se han convertido en el catalizador de la transición energética de las islas.
Hoy, todas las islas están conectadas entre sí por al menos un enlace eléctrico submarino a 132 kV y con la Península a través de la interconexión que parte de la costa levantina peninsular y entra en nuestras islas a través de Santa Ponça, Mallorca.
Interconexiones submarinas de Red Eléctrica
Pero eso no ha sido siempre así. Para llegar hasta aquí, Red Eléctrica -filial de Redeia responsable del transporte y de la operación del sistema eléctrico español- ha venido ejecutando, desde 2012 y progresivamente, las distintas interconexiones submarinas que nos permiten disponer hoy de un sistema con unos estándares de calidad equiparables -o mejores incluso- que el peninsular o europeo. Gracias a los enlaces, hoy, las Illes Balears, han dejado de ser islas energéticas, con el riesgo de seguridad para el suministro que comportaba este aislamiento, y son cada vez más un territorio en el que las energías renovables van ganando peso muy significativamente.
Desde la situación actual, con los enlaces Península-Mallorca, Mallorca-Menorca, Mallorca-Eivissa y Eivissa -Formentera, se puede echar la vista atrás para comprobar la trascendencia del cambio que han supuesto las interconexiones para la transición energética, que podría decirse que ha ido avanzando de la mano de estas infraestructuras.
Interconexiones eléctricas submarinas entre la Península y Balears. / DM
Cuando Red Eléctrica llegó a las Illes Balears, en 2004, las islas estaban prácticamente aisladas y divididas en dos subsistemas eléctricos. Por un lado, Mallorca y Menorca estaban unidas por un enlace que databa de 1975, mientras que Eivissa y Formentera tenían también una interconexión muy antigua, de más de 40 años.
El año 2012 es la primera fecha clave en la evolución hacia el sistema actual: entró en servicio la primera interconexión entre la Península e Illes Balears. El segundo hito fue sin duda diciembre de 2016, con el enlace entre Mallorca y Eivissa ya que, a partir de esa fecha, todas las islas se unían entre sí en un único sistema eléctrico balear. Y, el más reciente -después del nuevo enlace Mallorca/Menorca en 2020 que suplió al antiguo en desuso- es la nueva interconexión entre Eivissa y Formentera, que ha permitido dejar de utilizar generación térmica en la menor de las Pitiüses desde junio de 2023.
Incremento del uso de energías renovables
El desarrollo de los nuevos proyectos incluidos en la Planificación eléctrica 2021-2026, avanza un futuro muy próximo -en un horizonte 2030- en el que los beneficios que suponen las interconexiones para las Illes Balears se van a multiplicar, tanto en el refuerzo de la seguridad del sistema como en el incremento del uso de renovables para cubrir las necesidades energéticas de las Islas.
De hecho, la evolución energética de las Islas se puede escribir en función de la entrada en servicio de los enlaces submarinos, gracias a los cuales se ha pasado progresivamente de un sistema energético nutrido por energías fósiles o térmicas a un sistema en el cual estas fuentes de generación han ido perdiendo peso a medida que van creciendo la energía transportada por los enlaces y, también, la producción renovable local.
En 2010, con dos subsistemas aislados (Mallorca-Menorca y Eivissa-Formentera), en el primero de ellos el carbón suponía el 61% de la energía con que se cubría la demanda y el gasóleo el 26%. En las Pitiüses, el fuel era la fuente energética en un 94% y el gasóleo en un 5%.

La energía que llega a través del enlace a es un mix que en casi un 60% en 2024 ha estado integrado por renovables. / Red Eléctrica
Con el enlace entre la Península y las Illes Balears operativo desde agosto de 2012, en 2013 el enlace ya aporta al sistema Mallorca-Menorca, el 26% de la energía y el carbón baja al 49%. A partir de 2019, primer año completo con el enlace entre Mallorca y Eivissa -y por tanto ya con un sistema eléctrico balear único- se acelera el cambio. En 2019, al mismo tiempo que el enlace lleva el 27% de la energía, el carbón baja al 32,7% y el ciclo combinado de gas natural supone el 17% mientras que la fotovoltaica arranca con un 2%. De 2019 a 2024 la evolución es rotunda: el carbón es residual (un 1%), el enlace con la Península aporta el 26,1% y la fotovoltaica supera ya el 10%. Eso supone, en realidad, alcanzar más de un 25% de cobertura con renovables, del mix peninsular y la producción local.
Importancia de los enlaces en la transición energética
¿Y por qué son tan importantes los enlaces en la transición energética? Pues porque la energía que llega a través del enlace desde la Península es un mix que en casi un 60% en 2024 ha estado integrado por renovables, energía limpia que llega a las Islas sin necesidad de ocupar territorio en un espacio tan frágil y finito como nuestras islas.
Los beneficios del actual sistema de enlaces se miden en ahorro económico, de emisiones de CO2 y en una mayor penetración de renovables que permite, en consecuencia, minimizar la utilización de las centrales térmicas.
Así, los enlaces actuales, con la cobertura de entre el 20% y 30% de la demanda de media anual, evitan la emisión de más de 500.000 toneladas en el año de CO2 y suponen un ahorro anual para el sistema eléctrico de unos 100 millones de euros, beneficios que el futuro segundo enlace entre las Illes Balears, con una cobertura estimada del 65%, más que duplicará.