El Valle de los Caídos —ahora oficialmente Valle de Cuelgamuros— vuelve al centro del debate público. La intención del Gobierno de Pedro Sánchez de convertir el enclave en un museo con una reinterpretación de la Guerra Civil ha generado una ola de reacciones. Entre ellas, una que ha sorprendido incluso a quienes están acostumbrados a la tensión ideológica habitual.
En las últimas semanas, pequeños grupos de manifestantes han protestado frente a la sede de la Conferencia Episcopal Española. El motivo, según relatan ellos mismos, es el malestar por la actitud de la Iglesia ante los planes del Ejecutivo. Llegando, incluso, a acusar e insultar de «traidor» al arzobispo de Madrid, José Cobo, por considerar que no ha plantado suficiente cara al Gobierno.
Foto de archivo del Valle de Cuelgamuros
«mE ACERCO Y NO, NO ERAN DE ULTRAIZQUIERDA»
Una de las personas que ha vivido esta escena en primera persona ha sido Cristina López Schlichting, directora de Fin de Semana. En su monólogo, Cristina ha relatado con incredulidad lo que presenció: “Me gustaría manifestar mi estupefacción, porque servidora también se queda estupefacta”, comienza diciendo.
“Algunos grupúsculos de personas se han dado cita en la puerta de la sede de los obispos españoles, la Conferencia Episcopal, entre otras cosas para insultar y llamar traidor al arzobispo de Madrid, Don José Cobo”, explica.
Lo que más le impactó no fue solo el acto en sí, sino la procedencia de quienes lo protagonizaban: “Al principio pensé que serían algunos de ultraizquierda, que más de una vez han comentado que desearían derribar la gran cruz que preside la Basílica. Pero no. Me acerco y no eran de ultraizquierda”.

La situación del Valle de los Caídos ha causado polémica
el cambio del valle de los caídos tras el acuerdo del gobierno
La periodista señala que los manifestantes no eran sectores ajenos a la Iglesia, sino personas que se autodefinen como católicas: “Para mi asombro, eran gente que se dice católica”, afirma.
El motivo de su enfado parece centrarse en el reciente acuerdo entre la Santa Sede y el Gobierno, por el que se permite que la Basílica del Valle de Cuelgamuros siga abierta al culto y no se expulse a los monjes benedictinos. Según Cristina, los manifestantes protestan porque “el Gobierno haga un museo en el que explique a su modo la Guerra Civil” y rechazan lo que denominan la “resignificación” del lugar.
El Valle es propiedad del Estado, y es un Jefe de Gobierno quien lo quiere modificar»
En su monólogo de Fin de Semana
Frente a eso, Cristina se pregunta: “¿Y por qué no van a la Moncloa? Porque el Valle es propiedad del Estado. Fue un jefe del Estado, Francisco Franco, quien lo construyó. Y es un jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, quien lo quiere modificar”.
Para Schlichting, la actitud de estos grupos resulta incoherente con los valores que representa la fe católica. “Me extraña que los manifestantes alcen la bandera del catolicismo, porque a los católicos se nos educa sobre todo en el respeto al Papa y a los obispos. Sobre todo cuando nos defienden”, reflexiona.
La periodista insiste en que la Iglesia ha logrado mantener un espacio de oración en el Valle, lo que considera un triunfo dentro de las circunstancias actuales. “A los obispos les cabe el haber logrado en las negociaciones que el templo siga siendo un lugar de oración por la paz y la reconciliación, que es lo que siempre ha sido”, defiende. Un episodio, desde luego, complicado.