FC Barcelona y Real Madrid ya están mirando de reojo un clásico que puede decidir el campeonato. La ventaja de los barcelonistas es de cuatro puntos con ocho jornadas por disputarse, pero dentro de un mes hay un partido de la máxima que se perfila como decisivo.
Antes de afrontar este encuentro, el Barça debe visitar el feudo del Leganés, recibir al Celta y Mallorca para viajar por último a Valladolid. Por tanto, los barcelonistas se miden a dos equipos de la parte baja, aunque los pucelanos ya sin opciones de permanencia. El Leganés, en cambio, sí que está en la lucha por salvarse.
Por su parte, Celta y Mallorca están en una zona cómoda de la clasificación con la mirada puesta en Europa y quizá sin un grado de presión añadido al haber evitado meterse abajo en la clasificación.
El camino blanco
En cuanto al Real Madrid, los de Ancelotti visitan el próximo fin de semana Mendizorroza para enfrentarse a un Alavés que marca la zona de salvación. Será un partido de mucha tensión.
Una dificultad que también tendrá a priori en la siguiente jornada en el Bernabéu frente a un Athletic que se aferra a los puestos Champions.
La siguiente visita es un derbi madrileño ante el Getafe para culminar esta fase recibiendo al Celta en el recinto madridista. En medio de este carrusel de partidos, habrá el clásico de la final de la Copa del Rey del próximo 26 de abril, así como los cuartos de final de la Champions y unas hipotéticas semifinales.
Viendo como ha transcurrido esta jornada, puede darse cualquier resultado si alguno de los equipos se relaja. Ahora, todos los conjuntos se juegan algo y quieren apurar sus opciones.
Una vez se haya disputado el clásico solo quedarán tres jornadas de Liga que pueden ser de infarto o cómodas, sobre todo si el Barça es capaz de mantener un margen importante respecto a su eterno rival.