Flick y Ter Stegen intentaron calmar a un irritado Raphinha

Tras el pitido final de Gil Manzano en el Barça-Betis (1-1) hubo tensión por las protestas de los jugadores del equipo azulgrana, enfadados por el escaso tiempo añadido que dio (cuatro minutos) y por una jugada final en la que reclamaron un córner que entraba dentro de ese espacio pero que ya no se sacó.

Principalmente, Raphinha acabó desquiciado en sus protestas y tuvieron que intervenir Lewandowski, primero, Hansi Flick, después, y Ter Stegen, por último, para mandarlo al vestuario. El técnico se interpuso entre el brasileño y el asistente de forma muy airada.

Y el capitán, ahora lesionado y de paisano, se llevó la peor parte porque al ponerle el brazo en el pecho para que las quejas no le costaran una sanción, Raphinha se lo quitó de encima muy enojado, siempre contra los árbitros, no contra su compañero.

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Afortunadamente, entre Flick y Ter Stegen lograron que el brasileño llegara al vestuario y el acta arbitral de Gil Manzano no reflejó nada relaciondo con las protestas de Raphinha. Tensión, sí, pero gracias a ella quizás se evitó una sanción.



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