Javier Rozada, entrenador del Avilés, que siguió el partido desde la grada de Miramar al estar sancionado, valoró con satisfacción la victoria lograda ayer en un «campo complicado», donde su equipo se impuso con autoridad y oficio. Tras el pitido final, el entrenador destacó el nivel mostrado por sus jugadores y la importancia del triunfo en su pelea por los puestos de play-off. «Ganar aquí tiene mucho mérito por la calidad del rival y por cómo compiten. Esta es una victoria de prestigio», afirmó Rozada, visiblemente satisfecho con sus jugadores, «porque han peleado el partido como requería el escenario».
El gol en el primer minuto marcó el desarrollo del partido. «Sabíamos que el inicio era fundamental. El Marino, cuando arranca bien, te mete en tu campo y tiene jugadores con mucha calidad por dentro», señaló, para añadir: «Lo que más me gustó fue el segundo tiempo, donde tiramos de oficio, supimos sufrir y manejamos bien el partido».
A pesar del paso firme del equipo, Rozada fue claro al hablar sobre la situación en la tabla: «No está hecho nada. Tenemos 48 puntos, y aunque el Langreo empató, está todo muy igualado. El sábado tenemos una final en casa ante el Escobedo, que viene en una racha buenísima. Hay que seguir compitiendo con responsabilidad».
Con esta victoria, el equipo rompe una larga racha sin ganar a domicilio, que se remontaba al pasado 16 de noviembre. «Gracias a Dios que ya no me lo vais a volver a preguntar», bromeó Rozada con los medios: «Sabíamos que iba a llegar. Tuvimos muchos empates fuera de casa que fueron auténticas desgracias, como en Llanera o Laredo. Pero el equipo estaba compitiendo y estaba vivo. Era cuestión de tiempo».
El técnico quiso mandar un mensaje a la afición de cara a los dos próximos partidos en casa: «Hago un llamamiento para que la gente venga y nos apoye. Este equipo puede hacer algo grande, pero tiene que ser de la mano de la afición».