La Autorización de Viaje Electrónica (ETA, en sus siglas en inglés) ya es obligatoria para los viajeros europeos que visiten el Reino Unido. Todas las personas que tengan previsto visitar el país a partir de este miércoles deberán presentar este documento, el cual ya se exige desde hace meses a los ciudadanos de países de Oriente Medio, Asia y América, incluidos Estados Unidos y Canadá. El permiso tiene un coste de 10 libras esterlinas (12 euros), un precio que subirá hasta las 16 libras (unos 19 euros) a partir del próximo miércoles.
El Gobierno británico concluye así la implementación de un sistema que pretende reforzar la seguridad en sus fronteras y prevenir la entrada de personas que supongan una «amenaza» para el Reino Unido. Los pasajeros deberán facilitar sus datos biográficos, biométricos y de contacto, y responder a una serie de preguntas sobre los motivos de su viaje y su historial criminal. La tramitación se puede hacer tanto en la página web del Gobierno como a través de la aplicación móvil ‘UK ETA’ creada expresamente para gestionar las solicitudes.
El Ministerio del Interior recomienda a todos los viajeros que tramiten su autorización con al menos tres días laborables de antelación, aunque en la mayoría de los casos esta se aprobará en cuestión de minutos. Los ciudadanos europeos que ya tengan un visado están exentos de pedirla, así como las personas que obtuvieron el ‘Settlement Status’, el documento que permite seguir residiendo en el país a aquellos que se instalaron en el Reino Unido antes del Brexit. Tampoco deberán solicitarla los viajeros en tránsito en alguno de los aeropuertos del país, siempre y cuando no tengan que pasar por el control de pasaportes para hacer su escala, ni las personas con pasaporte irlandés.
Validez de dos años
Una vez aprobada la solicitud, el permiso permitirá visitar el Reino Unido durante un período máximo de seis meses seguidos y tendrá una validez de dos años, siempre y cuando el pasaporte no caduque antes. Una vez concluido este periodo, los viajeros deberán renovar el permiso en caso de que quieran visitar de nuevo el país, pagando la tarifa correspondiente.
La implementación de este permiso de viaje se basa en otras autorizaciones que ya se exigen en otros países, entre ellos Estados Unidos. La Unión Europea también tiene previsto exigir una autorización a los ciudadanos extracomunitarios que quieran acceder al espacio Schengen (ETIAS), incluidos los británicos, aunque todavía no se ha fijado una fecha para su entrada en vigor. Las autoridades europeas apuntan a que será previsiblemente en el último trimestre de 2026 y tendrá un coste inicial de 7 euros para las personas de entre 18 y 70 años.
Más de un millón de personas ya han tramitado su ETA hasta ahora, sin que ello haya tenido un impacto significativo en los controles de pasaportes de puertos, aeropuertos y estaciones de tren. Sí existe preocupación, sin embargo, por el impacto que este sistema puede generar en el turismo de Irlanda del Norte, donde la gran mayoría de los visitantes extranjeros acceden a través de la frontera con Irlanda. «Un gran número de turistas europeos viajan a Irlanda con un documento nacional de identidad. El coste y la burocracia adicionales y significativos para solicitar un ETA disuadirán a estos grupos de turistas de viajar al norte», ha alertado la ministra de Economía de la región, Caoimhe Archibald. Las autoridades norirlandesas han pedido al Gobierno británico que imponga una excepción en este territorio para proteger a las empresas del sector.