Cantabria cazará de manera «inminente» un total de 41 ejemplares de lobo, el cupo «máximo» anual permitido según el Plan de Gestión regional, en las zonas de Liébana (4), Nansa (5), Saja (5), Besaya (5), Paz-Pisueña (5), Asón-Miera (2) y Campoo-Los Valles (10). Esta medida se produce después de que esta especie haya sido excluida de la norma que protegía el lobo en toda España.
A ellos se suman la captura de otros tres ejemplares dentro de municipios que se encuentran incluidos en la zona 2 –presencia del lobo menos estable– y dos más en los municipios incluidos en la zona 3 –sin presencia de la especie o alguna esporádica–, informa Europa Press.
Estas capturas serán realizadas por los agentes del Medio Natural una vez se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la salida del lobo del Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (LESPRE), y la resolución de extracciones (caza) en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC). Estas batidas se llevarán a cabo en toda la comunidad «a la vez», si bien cuentan con vigencia un año, hasta julio del 2026.
Ejemplar de lobo ibérico / Agencias
Así lo ha anunciado la consejera de Ganadería, María Jesús Susinos, en declaraciones a la prensa antes de presidir la Mesa del Lobo, que se reunió el pasado viernes para abordar el borrador del nuevo Plan de Gestión de la especie, cuyo documento mantendrá el cupo máximo de extracciones en un 20% de la población lobera, según ha avanzado la consejera.
«Vamos a ir a máximos»
«Vamos a ir a máximos», confirmó Susinos, que informó en la Mesa de la resolución que ha dictado la Dirección General de Montes en la que se establece el número de lobos a sacrificar.
La también titular de Desarrollo Rural ha señalado que, como consecuencia de la entrada del lobo en el Lespre en septiembre de 2021, se generó en la comunidad autónoma una «gran cantidad de daños» al sector ganadero y, desde esa fecha, se han «multiplicado» los daños en los animales, con 2.500 ataques anuales y más de 3.200 reses muertas.
Así, el lobo se ha extendido a «más del 80% del territorio» de la comunidad autónoma, es decir, más de 4.000 kilómetros cuadrados, y están pagando daños «por valor superior a 1,7 millones de euros».
«En los últimos 30 años se ha multiplicado por ocho el número de grupos familiares y la especie, que está ahora mismo prácticamente en toda nuestra región, en lugares donde nunca debiera de haber estado», ha lamentado.

El lobo ha dejado de estar protegido al norte del Duero / Agencias
La consejera ha aseverado que estas circunstancias están poniendo «en grave riesgo» la viabilidad de las explotaciones ganaderas y están «impidiendo» la convivencia con el desarrollo socioeconómico del medio rural y con la ganadería extensiva.
Por eso, Susinos ve «indispensable» volver a aplicar el artículo 6.2 del Plan de Gestión del Lobo, que establece el control poblacional de la especie en la región.
No obstante, ha precisado que en el caso del Parque Nacional de Picos de Europa «tiene su normativa y su manera de gestionarse», que se hace de una manera coordinada con las otras dos comunidades –Asturias y Castilla y León–, y, por tanto, todas las actuaciones de control que se tengan que llevar a cabo dentro de este espacio natural protegido han de realizarse siguiendo en las directrices y los protocolos que marque la comisión que lo gestiona.
Nueve municipios más con presencia de lobos
El Ejecutivo cántabro ha presentado a la Mesa el borrador del nuevo Plan de Gestión y ha explicado que data de abril del 2019 con un periodo de vigencia de cinco años, es decir, ya ha finalizado y, aunque continúa aún aplicándose, es obligatorio modificarlo.
Según ha indicado Susinos, el borrador elaborado por el Gobierno introduce una nueva zonificación. En concreto, propone ampliar la zona 1 –municipios que conviven con la presencia permanente del lobo– con nueve ayuntamientos (actualmente son 36).
La consejera ha apuntado que se trata de una «propuesta», por lo que «no es definitivo» dado que «se tiene que trabajar» «con total transparencia y consensuarlo al máximo».

Lobo ibérico / Pixabay
En cuanto a la segunda propuesta de modificación que trae el Gobierno regional se refiere al baremo de daños, dado que en la actualidad «existe un desfase» entre las indemnizaciones y el precio real de los animales.
El objetivo del Ejecutivo autonómico es «actuar con mayor agilidad» para que este plan «pueda salir lo más rápidamente posible». Así, propone a las mesa un calendario de reuniones, con la finalidad de que el borrador quede finalizado en junio y quede aprobado antes de que finalice este año.