Después del paso por el quirófano… empieza lo realmente difícil. Richie Dapaah inicia ahora el proceso de recuperación, uno de larga duración, proceloso, pleno de incertidumbre, de soledad y de dolor, mucho, demasiado. El atacante zaragozano, con la pierna inmovilizada, afronta el primer tramo de una de las rehabilitaciones más duras que puede sufrir cualquier deportista profesional, mucho más si es futbolista, donde la rodilla juega un papel capital.
El hispanoghanés se puso el lunes en manos del doctor Manuel Morales, jefe de traumatología en la clínica Vistahermosa de Alicante. El cirujano y todo su equipo recompusieron el tendón rotuliano que el futbolista se rompió parcialmente en el entrenamiento previo al duelo con el Ibiza. Un mal gesto. Desafortunado. Sin nadie alrededor. Se golpeó la rótula con violencia tras irse al suelo. Una de las piernas impactó súbitamente en la otra y provocó la fractura de uno de los tendones más consistentes del cuerpo y de los que más presión soportan.
Richie Dapaah conversa antes del Hércules-Ibiza que sirvió de homenaje para Andrija Delibasic. / Héctor Fuentes
Sin él sería imposible estar de pie, mantener el equilibrio, caminar… mucho menos patear el balón. La intensidad de la punción que se siente cuando se produce el corte es tan honda que cuesta mantener la cordura. Cuando sus compañeros vieron a Richie retorcerse en el suelo, se les nubló la cara a todos. Rubén Torrecilla dio por acabada la sesión justo después. Le acompañaron al hospital, donde le confirmaron el mal pronóstico, uno de los peores, sin duda.
La celeridad con la que se ha actuado juega a su favor si nada se complica en el posoperatorio. Intervenir pocas horas después del percance evita la retracción de los tejidos y facilita la cirugía reparadora. La estimación académica dice que le llevará seis meses hacer vida normal, pero para un atleta que somete a sus articulaciones a un trabajo constante y arduo, los plazos se dilatan. Es muy probable que necesite alrededor de un año para volver a sentirse futbolista, un tiempo eterno en el que pasará muchas horas tumbado en una camilla mientras los fisios le hurgan en la rótula, una de las cosas más insoportables que se pueden sufrir en terapia.
LOS DATOS
► 22 años tiene Richie Dapaah, uno que Ronaldo cuando se fracturó el tendón rotuliano.
► 14 partidos ha podido disputar este curso el atacante zaragozano, ninguno de ellos como titular. Uno de inicio jugó el año pasado.
► 133 minutos lleva esta temporada, muy pocos para un futbolista desequilibrante con contrato en vigor al que se fichó para que explotara en Alicante.
Los tratamientos han mejorado, aceleran algo los procesos regeneradores y rebajan la invasión manual de los tejidos afectados, pero hay que pasar por ellos. A Dapaah, superarlo, le hará mejor jugador, le hará madurar de un puñetazo, reconocerse en la suerte de poder volver a practicar su deporte al máximo nivel. Otros antes que él han pasado por el mismo «via crucis», y los casos exitosos son múltiples.

Richie Dapaah, tras ser intervenido en la clínica Vistahermosa de Alicante por el doctor Manuel Morales. / Hugo Izquierdo / HCF
Una imagen que dio la vuelta al mundo
Pero sin duda, ahora que se anuncia la vuelta en unas semanas de Ter Stegen al Barça tras sobreponerse de la misma dolencia de Richie, en la mente de todos los seguidores está un hombre, un icono, un tipo irrepetible: Ronaldo Nazário de Lima.
Él protagonizó una de las imágenes más duras que se recuerdan en un campo de fútbol cuando se lesionó, el 12 de abril del 2000, en el tendón rotuliano de la rodilla derecha. Fue estremecedor. ‘O Fenómeno’ estaba en el Inter. Era la final de la Coppa italiana, frente a la Lazio. Salió al campo en el minuto 58 con 2-1 en contra. Apenas seis minutos después de pisar el césped, quiso driblar al luso Couto, su excompañero en el Barça, y se rompió. Tenía solo 23 años. Volvía después de seis meses parado por el mismo problema. Reapareció precisamente en aquella final copera, donde recayó del peor modo . Un año y medio le hizo falta para tornar a vestirse de corto.
La juventud –como ahora a Richie, que lo padece con un año meno–, le jugó a favor al ídolo carioca. A Ter Stegen, con 32, seguramente le costará bastante más. Ronaldo rindió hasta el final de sus días como delantero, aunque no volvió a ser el mismo atacante explosivo, imparable, indefendible por su potencia y su velocidad. Cuando se rompió el rotuliano, sumaba 233 goles, muchos más que Messi a esa edad (148) y que Cristiano (115).
No habrá fichaje
El Hércules podría fichar a un jugador sub-23 para ocupar su plaza al tratarse de una baja médica de larga duración, pero no lo hará, porque el mercado no ofrece nada que mejore lo que ya tiene el equipo. La fortaleza que exhibe en el campo será necesaria ahora más que nunca, y también la fortaleza mental. El proceso no será sencillo, pero lo tiene todo a favor para salir airoso de este gran desafío, el más importante de su vida.
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