Siete. Este es el número de barcos de pesca que ha perdido Asturias en el último año. De acuerdo al último censo del Ministerio de Agricultura y Pesca constan actualmente 254 embarcaciones en la región (248 en el caladero nacional y seis, en el comunitario) frente a las 261 de hace un año. Si se dibuja un horizonte temporal más amplio, en 1985 había en los puertos asturianos 730 barcos censados. La flota asturiana representa el 3 por ciento del total nacional (8.432 buques).
Los datos no son mejores en Avilés, principal plaza pesquera del Principado: la villa ha pasado de tener 44 barcos registrados en 2007 a 36 en 2011 y 19 en 2023, según la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos (SADEI). En Gozón, por poner otra cifra, el número de embarcaciones, sumando las de Luanco y Bañugues, es actualmente de 24, diez menos que en 2003. En San Juan de la Arena, principal puerto angulero del país, hay veinte. En conclusión: cada vez hay menos barcos pesqueros y menos marineros en Asturias.
El declive del sector no es un hecho aislado. «La coyuntura general no es muy buena», señalaba el gerente de la Nueva Rula de Avilés, Ángel Muñoz, en estas páginas. El sector se enfrenta a problemas comunes de Valencia a Galicia; del País Vasco a Baleares: altos costes energéticos, precios elevados del gasoil y otros incrementos en gastos cotidianos que hacen difícil salir a faenar para ganarse el pan. A estos se suma la falta de relevo generacional: los viejos lobos de mar no encuentran sustitutos. «Este es un trabajo duro, un poco incierto, y cada vez menos atractivo para los jóvenes, lo que supone un problema muy serio», reconocía Muñoz.
Decía algo parecido Luis Planas, ministro de Agricultura y Pesca, el pasado octubre, cuando expresó el compromiso del Gobierno para que la Comisión Europea impulse cambios normativos que favorezcan un relevo generacional efectivo en el sector pesquero, «uno de los retos más difíciles a los que nos enfrentamos». Para el Ministro, la incorporación de jóvenes es fundamental para afrontar con éxito los retos de futuro del sector pesquero. «Si queremos futuro, necesitamos jóvenes».
Desde el Ministerio sostienen que la sostenibilidad del sector pasa por fundamentar la gestión de los recursos pesqueros en el mejor conocimiento científico disponible, sin olvidar que no habrá sostenibilidad sin rentabilidad y sin pescadores. Para atraer a las nuevas generaciones, Planas considera que «hay que apostar por mejorar las condiciones de trabajo a bordo, mejorar la confortabilidad y aumentar la seguridad, de modo que los jóvenes puedan sentirse atraídos por un sector con futuro».
Hace hoy una semana, Luis Planas pedía, a su vez, que el Fondo Europeo Marítimo de Pesca y de Acuicultura (FEMPA) se pueda utilizar para construir buques, una demanda de España que, aunque no es nueva, consideró «importante» recordar en el contexto de la reforma del presupuesto de la Unión Europea (UE) para el periodo 2028-2034. Lo hizo en Bruselas donde participó en una jornada dedicada a los buques del futuro y liderazgo femenino celebrada en la Representación Permanente de España en la Unión Europea (Reper), en la que se ha presentó el proyecto de buque híbrido «Ventura», que responde a las necesidades de lo que, según el Ministro, deben ser los buques pesqueros del siglo XXI: «Ambientalmente más sostenibles, con baja huella de carbono, que sean más seguros, más confortables y que puedan llevar a cabo una pesca más selectiva».
Con 8.432 buques, España cuenta con una de las principales flotas de la Unión Europea, que emplea de manera directa a cerca de 30.500 personas (en el sector extractivo). Su actividad se desarrolla en un 95,5 % en el caladero nacional, con un marcado carácter artesanal; en el caladero comunitario faenan alrededor de 100 barcos y algo más de 250 barcos lo hacen fuera de las fronteras comunitarias.
En 2023, la flota española capturó más de 765.237,25 toneladas de pescado, con un valor de mercado que alcanzó los 1.790,29 millones de euros. Este mismo año, las importaciones de productos pesqueros sumaron algo más de 1,56 millones de toneladas y las exportaciones llegaron a 1,08 millones de toneladas. En Avilés el año pasado, y por segundo ejercicio consecutivo, se resintió del descenso generalizado de descargas de pescado: 9.676 toneladas. Sin embargo, aumentó en casi cinco millones los ingresos pasando de 31.456.726 en 2023 a 36.548.325 euros el año pasado, de acuerdo a los últimos datos facilitados por Pesca.
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