Pocas cosas alteran más la rutina que el ingreso de un familiar. Ya sea por una operación, una enfermedad o cualquier situación urgente, la preocupación personal se mezcla con la presión laboral. Lo que muchos trabajadores no saben es que, en estos casos, tienen derecho a ausentarse del trabajo con sueldo. Y no, no es una cortesía de la empresa: es un derecho legal.
Cuando un familiar cercano —padre, madre, hijo, pareja, suegros, hermanos…— necesita ser hospitalizado o guardar reposo médico en casa, el trabajador puede solicitar hasta cinco días laborables retribuidos. Esto significa que puede dejar de acudir al trabajo sin perder ni un euro de su salario. La condición es que se trate de un familiar de hasta segundo grado de consanguinidad o afinidad, y que la necesidad de cuidados esté justificada con un informe médico o parte de hospitalización.
Aunque parezca obvio, conviene aclararlo: el permiso se refiere a días laborables, por lo que si hay fines de semana o festivos entre medias, esos no se descuentan. Tampoco se descuentan de tus vacaciones ni de otros días personales. Es un permiso propio, con respaldo legal, y la empresa está obligada a respetarlo.
Muchos trabajadores siguen cometiendo este error
A pesar de ello, muchas empresas siguen poniendo trabas. Algunas alegan que solo puede disfrutarse una vez al año. Otras dicen que solo aplica si hay hospitalización, y no si el paciente guarda reposo en casa. Ambas afirmaciones son falsas.
La Audiencia Nacional, en una sentencia del 7 de marzo de 2025, ha dejado claro que este permiso puede solicitarse cada vez que el hecho causante lo justifique, y que no es necesario que haya hospitalización si existe un informe médico que prescriba reposo domiciliario.
En otras palabras: puedes pedirlo todas las veces que sea necesario, siempre que la situación lo amerite. Si tu padre está ingresado una semana en marzo, y luego tu madre debe hacer reposo tras una operación en septiembre, tienes derecho a solicitar el permiso en ambas ocasiones. No es un bono anual de un solo uso, como muchos empleadores creen (o hacen creer).
Y lo más importante: no es negociable. Si cumples con los requisitos, la empresa debe concederte esos días y pagártelos. No puede obligarte a coger vacaciones, ni descontártelos del sueldo, ni denegarlos sin una razón legal válida. Si lo hace, está vulnerando tus derechos, y puedes reclamar.
Además, en algunos convenios colectivos, especialmente si el trabajador tiene que desplazarse a otra ciudad para cuidar a su familiar, este permiso puede ampliarse. Por eso, siempre es recomendable revisar el convenio aplicable, ya que podrías tener derecho a más días o mejores condiciones.
La ley está de tu parte, y no tienes por qué elegir entre tu trabajo y tu familia. Lo que sí es importante es que lo sepas, lo solicites correctamente y no te dejes presionar.