El debate sobre si deben liberalizarse o no las reglas de juego que rigen para las grandes superficies vuelve a la palestra. Tras una larga etapa sin cambios en la materia, el Gobierno de Aragón cree que ha llegado el momento de reabrir la discusión con los agentes implicados, eso sí, partiendo de una posición claramente proclive a la ampliación del número de festivos y domingos de apertura, que actualmente está limitado a un máximo de diez al año par los establecimientos de más de 300 metros cuadrados.
Así lo ha avanzado a este diario Carmen Herrarte, la nueva directora general de Comercio, Ferias y Artesanía del Gobierno de Aragón, que asumió el cargo hace dos meses. A su juicio, es necesario extender el funcionamiento del gran comercio en días festivos para adaptarse a las demandas de consumidores y empresarios, siguiendo así la estela de otras comunidades autónomas que han dado pasos en esta línea. «Donde el índice de libertad es mayor, crece mucho más el comercio minorista», defiende.
El ejemplo de Madrid
Considera que hay que «escuchar al sector» de la gran distribución y a los consumidores, así como romper con «falsos discursos derrotistas». Recuerda que en ciudades como Jaca, el comercio depende en un 70%-80% de las ventas turísticas en fines de semana, pero la normativa actual limita su potencial. «Si quieres captar turismo, tienes que dar el servicio de tener las tiendas abiertas. No podemos atraer turistas y luego decirles que los domingos solo pueden ir a misa», afirma.
Aunque no detalla hasta donde podría llegar la liberalización comercial en Aragón ni en qué plazos podría producirse, Herrarte cree que lo importante es abrir un debate sereno con todos los agentes implicados. «No sé si va a haber un cambio o no, pero no hay que tener miedo a avanzar y a que los negocios facturen más y generen más empleo. Los datos dicen que ese es el camino», asevera.
La polémica está servida en un asunto que levanta ampollas entre los trabajadores del sector y el pequeño comercio. Ecos Zaragoza, la patronal que representa ese tejido, siempre ha defendido que el incremento de los festivos de apertura no aumenta el consumo ni el empleo, mientras que los sindicatos del comercio consideran que imposibilita la conciliación laboral de las plantillas.
«Nadie obliga a abrir, pero tampoco se puede impedir a quien quiera hacerlo», defiende Herrarte, quien también alude a los cambios de hábitos de los consumidores como argumento a favor de la flexibilización. «No se puede meter el miedo en nuestros comerciantes cuando los datos nos dicen que se factura más y se genera más empleo», insiste.
Las zonas turísticas
Herrarte sostiene que el sector goza de buena salud en Aragón: «Se hace mucho hincapié en los comercios que se cierran, pero también se abren muchos y cada vez más profesionalizados». La comunidad cuenta con un censo de 11.300 establecimientos, con cierto dinamismo en las áreas urbanas y una situación crítica en los pequeños municipios, donde gracias al proyecto de multiservicios se mantienen esos puestos abiertos. «El comercio no está en crisis. El futuro es el formato analógico combinado con el resto de formatos», subraya.