La mortalidad por cáncer de colon y recto en España se está reduciendo (de 37,9 a 30,4 casos por cada 100.000 personas/año), según los datos aportados por la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), coincidiendo con el Día Mundial contra el Cáncer de Colon, que se celebra este lunes, 31 de marzo.
Se estima que en 2025 se contabilizarán 44.573 casos nuevos de cáncer de colon y recto. Esta incidencia prácticamente se mantiene si la comparamos con datos de 2004, donde se registraron 84,2 casos por cada 100.000 personas/año.
Se trata del cáncer más frecuente en el conjunto de ambos sexos y supone el 15,1% de todos los nuevos casos de cáncer en la población española. Por cada 2 casos de cáncer de colon y recto en mujeres se diagnostican 3 casos en hombres.
El cáncer de colon en España, en datos / SEOM
El 41,2% de los nuevos casos de cáncer de colon se producen en la población entre 50-69 años. Por eso, los oncólogos recomiendan participar en el programa de detección precoz de cáncer de colon y recto de su comunidad mediante la prueba de sangre oculta en heces cada dos años entre los 50 y los 69 años.
“Si en su familia hay antecedentes familiares de cáncer de colon y recto, consulte a su médico para que valore si es necesario realizar alguna acción más», recalcan los especialistas.
La prueba para detectar el cáncer de colon
Se trata test de sangre oculta en heces inmunológico cuantitativo (TSOHi) realizado en una única muestra. Los expertos matizan que es un sencillo análisis de heces, «cuya toma de muestra se realiza en el propio domicilio y se entrega en el Centro de Salud para que se remita al Laboratorio».
La sangre no es visible a simple vista, por lo que este test es fundamental. Puede alertar sobre la presencia de lesiones (pólipos) que sea preciso explorar y tratar. En caso de que el test de cribado sea positivo, será necesario valorar con su médico o enfermera de Atención Primaria la indicación de la prueba de confirmación que es la colonoscopia de cribado.
Radioterapia contra el cáncer colonrectal
La oncología radioterápica juega un papel fundamental en el tratamiento del cáncer colorrectal. Existen técnicas avanzadas, como la radioterapia de alta dosis en puntos pequeños, conocida como SBRT (Radioterapia Estereotáctica Corporal), que permite tratar metástasis, incluso aquellas localizadas en adenopatías, ofreciendo un mejor control local de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.
«Esto es especialmente relevante en el tratamiento del cáncer de recto. En el caso de tumores de colon localmente avanzados, la combinación de radioterapia y quimioterapia es esencial, ya que ayuda a controlar la enfermedad, reducir el tamaño del tumor y la enfermedad microscópica antes de la cirugía», explica a este periódico el doctor Sigfredo Romero, coordinador del Grupo de Tumores digestivos de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR).
Hoy en día, el tratamiento en casos de cáncer de recto localmente avanzado suele ser neoadyuvante, es decir, se aplica antes de la cirugía.

Cáncer de colon, la enfermedad silenciosa / EPE
Esto permite reducir el tumor y mejorar la cirugía, reduciendo riesgos y mejorando la calidad de vida del paciente. Además, «tenemos protocolos como el TNT (Terapia Neoadyuvante Total) en los que combinamos radioterapia y quimioterapia antes de la intervención quirúrgica. En muchos casos, el tumor se reduce tanto que la cirugía pueda ser menos invasiva o incluso evitarse», especifica.
La radioterapia intraoperatoria tiene un uso específico en el cáncer de recto, especialmente cuando los márgenes quirúrgicos están comprometidos o el riesgo de recurrencia es alto. Se administra radioterapia de alta dosis directamente durante la cirugía, lo que ayuda a reducir las posibilidades de recurrencia local.
“Existen factores de riesgo que pueden influir para desarrollar cáncer colorrectal, estos pueden ser evitables y/o modificables”, declara la Dra. Pilar Esteban, responsable del comité de nutrición de la FEAD. Entre ellos, se encuentran el tabaco, alcohol, sobrepeso, mala alimentación o sedentarismo, entre otros.
Sin embargo, “hay factores de riesgo no evitables como son la edad (mayor riesgo a partir de los 50 años), antecedentes familiares (más riesgo cuanto más directo sea el familiar, más familiares hayan tenido cáncer colorrectal y cuanto más joven sea el familiar afectado) y haber padecido algún otro tumor o enfermedades crónicas relacionadas con el colon, como la colitis ulcerosa, la Enfermedad de Crohn, patologías en las que se desarrollan múltiples pólipos en el colon y algunas enfermedades hereditarias”, asegura la experta.
Cómo la tecnología ha mejorar el tratamiento el cáncer
En España, se han incorporando nuevas tecnologías como la prototerapia y la radioterapia guiada por resonancia magnética (RM).
La resonancia magnética permite una planificación más precisa, ya que «podemos adaptar la radioterapia en tiempo real, lo que reduce los márgenes de tratamiento y protege los órganos cercanos que no deben recibir altas dosis de radiación, como la vejiga o los intestinos delgados».
Estas innovaciones han permitido mejorar la precisión de los tratamientos, lo que no solo mejora la efectividad, sino también la calidad de vida de los pacientes.