La abogada Begoña Villacís (Madrid, 1977) es la nueva directora ejecutiva de la patronal española de los centros de datos, Spain DC. La exvicealcaldesa de Madrid por Ciudadanos entre 2015 y 2023 reemplazó a principios del mes de febrero en el puesto a Manuel Giménez, también ex consejero de Cs en la Comunidad de Madrid y que acaba de fichar por la multinacional ACS para liderar su negocio de ‘data centers’.
PREGUNTA (P): El vicepresidente de Spain DC, asociación de la que usted es directora ejecutiva, dijo el pasado 11 de marzo: “Algunos de los centros de datos anunciados en Aragón se quedarán sin ejecutar”. ¿Refrenda su posición?
RESPUESTA (R): No entiendo muy bien en qué contexto lo dijo, muchas veces en función del contexto se puede hacer una valoración. En Aragón se han hecho bien las cosas, y hay una diferencia respecto a otras regiones. En España surgen muchas empresas todos los días. ¿Todas van a ser viables? Pues algunas no lo serán. Ahora, si te encuentras con una Administración que te acelera, te acompaña y no te pone trabas, las perspectivas de viabilidad se multiplican exponencialmente. Ese es el ecosistema que están encontrando las inversiones en Aragón. Como liberal, no creo que los gobernantes estén para decidir cuáles son viables y cuáles no, sino simplemente para posibilitar que las inversiones serias vengan. Y las que están llegando a Aragón son empresas serias.
(P): Pero ¿cree que habrá inversiones anunciadas que se quedarán sin ejecutar?
(R): Le hago yo la pregunta ¿Todas las inversiones que se anuncian en España van a ser viables? No tengo una bola de cristal. Lo que sí puedo decir es que si hay un Gobierno que no pone palos en las ruedas y funciona como un acelerador, las posibilidades de viabilidad se multiplican. Insisto: son inversiones serias, ese cribado ya se está haciendo.
(P): Los anuncios conocidos, que cuentan con el aval del Gobierno de Aragón, son los de AWS, Microsoft, Blackstone, Capital Energy y Azora. ¿Todas ellas, en opinión de la patronal, se van a llevar a cabo?
(R): Esa es una perspectiva absolutamente intervencionista, la patronal no está para decir si sí o si no. Las empresas dedican mucho tiempo a planificar, definir e identificar las localizaciones, y si lo han hecho, es porque tendrán suficientes elementos de juicio para ver que son viables. Y si han puesto los avales y anunciado la inversión, eso es que la apuesta es firme.
(P): A las que le mencionaba hay que sumar, por lo menos, a ACS, Repsol y una tercera multinacional que planea desembarcar en el entorno de Zaragoza. ¿Coincide con la vicepresidenta Sara Aagesen en que hay una burbuja de centros de datos que satura la red eléctrica?
(R): Lo que creo es que hay que ser muy cuidadoso con los términos que se eligen. Si uno afirma, a mí lo que me gusta es que después haya argumentos. El 100% de nuestros socios tienen centros de datos, no es gente que haga el cuento de la lechera, así que dan muestra de lo que somos como asociación. Nosotros representamos a las empresas netamente desarrolladoras de centros de datos, no especuladores. Respecto a la burbuja, lo primero es que trabajamos con un instrumento antiguo (para la planificación eléctrica), que es un plan quinquenal. Red Eléctrica le pide a las empresas una estimación de la energía que van a consumir dentro de cinco años. Y ahí entran muchas variables: el desarrollo de la IA, la posible computación cuántica, los posibles cambios en la geopolítica… Es imposible hacer una estimación a cinco años vista, la herramienta debe ser más corta o más flexible, a un año vista tendría más sentido.
(P): ¿Hay especuladores en este sector de los centros de datos como los hubo en su día con las renovables?
(R): A ver, yo personalmente no los conozco. Se especula demasiado con el término especular. Lo que estoy viendo es que los centros de datos son una realidad. ¿O no? ¿Uno viene a Aragón y no hay nada?
(P): De momento, que estén operativos, los tres de Amazon en El Burgo, Villanueva y Huesca.
(R): Sí, pero existe. Se va poco a poco. Por empezar, desde el punto de vista inmobiliario, el suelo es lo de menos. Lo que exige más inversión es la construcción del centro de datos. Es altamente complejo y extraordinariamente tecnológico, igual que el mantenimiento y la comercialización. Entender que no habrá tantos centros de datos es no entender nada de lo que está ocurriendo. Son como el papel antiguo. La IA se desarrolla en ellos, utilizas sus servicios cuando estás en WhatsApp, Instagram o TikTok. Y eso va a crecer cada vez más: pensar que no vamos a necesitar más soporte que posibilite todo eso es negar la realidad. Los centros de datos son el laboratorio del mundo. La próxima cura contra el cáncer se va a descubrir en uno. A eso se suma que la UE ha aprobado normativas para que los datos se custodien en territorio comunitario, lo que ha llevado a las multinacionales a invertir aquí.
(P): Como ocurre en todas las tecnologías disruptivas, hay dudas e incertidumbres. La primera, desde el punto de vista energético. ¿Por qué hay que canalizar la energía hacia los centros de datos y no a otras industrias?
(R): En España no tenemos un problema de energía, sino de transporte de la energía. Generamos mucha más de la que estamos consumiendo, algunas estimaciones dicen que incluso tres veces más. Así que el problema está en canalizarla. Y hay una segunda cosa: somos un país que ha sufrido una desindustrialización importante en las últimas décadas, que precisamente era gran consumidora de energía. Tenemos que volver a industrializarnos para recuperar autonomía, y los centros de datos van a ser infraestructuras críticas y estratégicas, que además son tractoras de otros proyectos muy interesantes relacionados con la economía digital. Hay que pensar qué tipo de trabajo queremos en nuestras regiones.
(P): No hay muchas dudas sobre que la industria del automóvil, que también es electrointensiva, genera puestos de trabajo de calidad. Hay colectivos que sí dudan de que los centros de datos sean intensivos en mano de obra especializada.
(R): (Piensa) Hay políticos que cuando piensan en puestos de trabajo les da igual la naturaleza de la que sean porque lo que hacen es contar votos. Y hay otros políticos que están pensando en las siguientes generaciones. Es muy distinto. Aquí se ha apostado por el empleo cualificado. Una autopista puede ser intensiva en mano de obra cuando se construye y luego durante el mantenimiento no genera muchos empleos, pero posibilita las conexiones. El centro de datos crea empleo cualificado, porque es así, y genera un ecosistema para formar a la gente cualificada para estos trabajos. Es reconocido por ser un hub tractor, digital, y así ha ocurrido en todos los sitios donde se han instalado. Los centros de datos son una buena noticia y lo seguirán siendo.
(P): Otra cuestión que preocupa a los colectivos ecologistas es el consumo hídrico. ¿Qué tienen que decir?
(R): Hay centros de datos de primera ola en Europa, que son más antiguos. Nosotros tenemos la ventaja de que los nuestros se han hecho después de las directivas europeas, por lo que son nativos sostenibles. La mayor parte son de circuito cerrado, es decir, que una vez que se llenan no hace falta tomar más agua. Y una reflexión, porque estas empresas no son tontas, si realmente el recurso más requerido fuese el agua, ¿por qué vienen a España?
(P): Bueno, en el caso de Aragón, han optado por la orilla del Ebro y el corredor del Gállego.
(R): Sí. Pero si lo comparamos con otras regiones de Europa y del mundo, hay sitios donde llueve más que en España. El agua no es uno de los recursos más relevantes, se dice que incluso en España ha dejado de ser un problema, sobre todo por las nuevas soluciones.
(P): ¿Aspira Aragón a convertirse en el territorio con mayor capacidad de la industria de Europa?
(R): Aragón se está posicionado de una forma increíble, es muy asombroso para la gente. Las empresas multinacionales, las de Sillicon Valley, están hablando de Aragón, o sea, que está puesto en el mapa, simplemente porque la Administración ha tenido una intuición increíble, se ha hecho bien el trabajo y se ha conseguido acompañar. Se están haciendo bien las cosas porque para mí ese planteamiento es perfecto, con facilidad, agilidad, acompañamiento y luego exigencia para que sea una industria sostenible en el tiempo. Entonces, ¿qué se puede hacer? No tocar nada, porque las cosas que funcionan no se tienen que tocar.
(P): ¿Cómo acaba una vicealcaldesa de Madrid de directora ejecutiva de la patronal del sector de los centros de datos?
(R): Como vicealcaldesa fui bastante propulsora de la economía digital, con iniciativas como el clúster de Inteligencia Artificial, de ciberseguridad, del videojuego… Es algo que me ha interesado muchísimo. Y el haber estado en política, en la vida pública, te da una sensibilidad distinta a quien solo ha estado en el sector privado. Yo he estado en ambos, soy un perfil híbrido, y creo que es importante para una asociación tener esa sensibilidad de estar al otro lado de la mesa. Esa empatía es necesaria, comprender los mecanismos de la Administración.
(P): ¿Le gustaría volver la política?
(P): Tengo muy buen sabor de boca de un paso por la política. Y muy buenos amigos, las dos cosas. He aprendido muchísimo y me ha aportado mucho conocimiento, competencias y sí, la verdad es que es un periodo que me ha gustado mucho. Lo que me parece un poco desolador es la política actual que veo porque no me gusta nada, no me siento para nada representada y es un entorno en el que ya no me movería bien. Entonces no, no tengo que volver para nada.