Más de cien voluntarios participan este sábado en la búsqueda de Alejandro Aranda Lasheras, el vecino de Alcalá de Moncayo (Zaragoza) que desapareció el pasado domingo por la noche en Valladolid. A sus amigos y vecinos llegados por la mañana desde tierras aragonesas se han sumado también vecinos de Laguna de Duero, donde se ha habilitado un punto de encuentro en la plaza de toros para coordinar el dispositivo. A lo largo de la jornada se están peinando los municipios que circundan la capital castellanoleonesa, su barrio de Las Delicias y las zonas de monte de los alrededores de Valladolid.
A partir de las 07.30 horas han comenzado a llegar los primeros voluntarios, que han registrado sus datos personales en las taquillas del coso taurino «para que no se pierda nadie», tal y como ha explicado a este diario Adrián Villalba, uno de los dos jóvenes que está coordinado el dispositivo junto a su primo Alberto. La mayoría de los voluntarios han llegado a bordo del autobús gratuito que ha partido a las 06.00 horas desde Tarazona y a ellos se les ha enviado hasta Valladolid para trabajar en el casco urbano de la ciudad.
A los voluntarios que han llegado a bordo de vehículos particulares se les ha encargado la tarea de rastrear las zonas de monte debido a su mayor facilidad para desplazarse sobre el terreno. Y, pasadas las 12.00 horas, han recibido «un falso aviso» después de una señora haya alertado de que «lo había visto en el barrio de Las Delicias». Todos ellos han realizado una parada para comer a las 14.00 horas y han reanudado la búsqueda a las 15.00 horas con la intención de que finalice cuando se ponga el sol. «La gente está motivada», ha admitido Villalba.
El puesto de coordinación y de encuentro se ha establecido en las taquillas de la plaza de toros de Laguna de Duero. / SERVICIO ESPECIAL
A Valladolid llegó Alejandro Aranda Lasheras el domingo por la mañana con motivo de un viaje laboral con el Imserso al trabajar como guía, un puesto en el que había comenzado recientemente y que ya le había llevado a otros destinos del norte de España como Cantabria o el País Vasco, y también a Toledo. Ya por la noche se fue del Hotel Olid, su teléfono móvil quedó en la habitación y su maleta se encontró luego en la calle San Quirce, cerca del Museo Nacional de Escultura. Fue diagnosticado de esquizofrenia «hace cinco años» y aquella noche pudo sufrir un brote psicótico que le hizo comportarse de forma «extraña».
Alejandro mide 1,88 metros, pesa 70 kilos, tiene el pelo castaño y ojos verdes. Su familia y amigos solicitan la colaboración ciudadana para localizarlo y piden que cualquier persona que pueda aportar información se ponga en contacto con los teléfonos de la Asociación SOS Desaparecidos: 649 952 957 o 644 712 806.