La segunda Asamblea de Movimiento Sumar eligió este sábado Lara Hernández y Carlos Martín Urriza como nuevos coordinadores del partido y sucesores de Yolanda Díaz al frente de la organización. Estas dos figuras deberán poner en marcha la hoja de ruta aprobada para reconstruir la unidad en la izquierda como condición para revalidar el Gobierno en 2027 y volver a tender puentes con fuerzas como Podemos, después de años en una guerra abierta. Pero, ¿quiénes son los encargados de esta tarea?
Lara Hernández (Madrid, 1986) entró en la ejecutiva el pasado abril, cuando Díaz la aupó como secretaria de Organización de Movimiento Sumar, una vez que dio por amortizado al que hasta entonces había sido su núcleo duro, el que le había acompañado en los primeros pasos como líder del espacio, una vez que fue nombrada por Pablo Iglesias en 2021.
Hernández pasó a tener un papel clave en la organización, una apuesta encaminada ya entonces a intentar fortalecer los lazos con otros partidos, después de las turbulencias surgidas entre Sumar y sus aliados por la configuración de las listas de las europeas. Y ese será ahora su principal tarea, después de que este sábado Movimiento Sumar aprobara por unanimidad el compromiso de intentar acelerar los acuerdos con fuerzas de izquierdas, con mención directa a Podemos, y de tener un papel «proactivo» en este proceso.
Hernández, en política desde 2014
No es la primera vez que se le encomienda esta tarea a Hernández, que en IU ya fue la responsable de alianzas y convergencias durante la primera etapa de Alberto Garzón. La actual líder orgánica de Sumar militó en las juventudes comunistas, donde llegó a coincidir -y a enfrentarse políticamente- a Irene Montero. Pero su salto a la política de primera línea llegó en 2014. Por entonces tenía 27 años y llevaba años viviendo en Berlín.
Desde allí se alzó como una de las representantes de la llamada ‘Marea Granate‘, de jóvenes exiliados que tuvieron que abandonar España para buscar un futuro ante la crisis económica de 2011 y la falta de oportunidades laborales. Una ‘fuga de cerebros’ que también afectó a esta licenciada en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, con dos másteres y cuatro idiomas. Desde Berlín logró alzar la voz a través de vídeos publicados en internet, y llegó a acudir a la Asamblea de Madrid, gobernada por el PP, para culpar al Gobierno de Mariano Rajoy del exilio de miles de jóvenes.
Después de darse a conocer como un perfil proveniente de los movimientos sociales, varias federaciones de Izquierda Unida la propusieron para ir en las listas de las elecciones europeas de 2014, la primera cita electoral de Podemos, donde irrumpió en el tablero político. Hernández iba como número diez de la lista, donde coincidió con Ernest Urtasun, hoy portavoz del partido y que entonces pertenecía a Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), que más tarde se integró en los Comunes. En aquella cita IU obtuvo seis eurodiputados con Willy Meyer como candidato, y con Podemos pisándole los talones tras irrumpir con cinco eurodiputados en una campaña precaria y casi sin presupuesto.
Durante su etapa en la ejecutiva de Garzón, Hernández fue una firme defensora de la alianza con Podemos, siguiendo el camino de las candidaturas municipalistas que lograron las alcaldías de Madrid o Barcelona. Era la responsable de alianzas con otras fuerzas, pero dimitió a finales de 2015, después de que IU y Podemos concurrieran por separado a las elecciones generales de diciembre de ese año, al no compartir el enfrentamiento promovido también desde su propia organización.
En su despedida, anunció su desvinculación total del partido y cargó contra los errores del partido por haber «desaprovechado las posibilidades de unas confluencias con Podemos y otras fuerzas rupturistas», en el ciclo abierto el 15M del año 2011. Tras su dimisión, simpatizó con Podemos y más tarde, con la irrupción de Más Madrid en 2019, llegó a ser vocal de distrito de la organización de Mónica García. Desde el pasado verano, cuando se constituyó una mesa de partidos dentro de Sumar, ha sido la encargada de mantener la interlocución con las fuerzas integradas en la coalición, asumiendo el nuevo rol de Movimiento Sumar, que deja de ser un paraguas para todo el espacio para asumir los corsés de ser un partido tradicional.
Urriza, el puente con los sindicatos
Si el papel de Hernández se entiende en clave de alianzas, el de Carlos Martín Urriza va ligado a la concepción de Sumar como un «movimiento social» y su estrecha vinculación con los sindicatos. Y es que Urriza proviene directamente del corazón de Comisiones Obreras y fue el director del gabinete económico de la organización sindical hasta que Yolanda Díaz lo dichó para las generales de 2023, ocupando el sexto puesto en la lista por Madrid, la más cotizada.
No era sin embargo su primera significación política. Apenas unos meses antes, Urriza había apoyado a la candidatura de Más Madrid de cara a las elecciones autonómicas del 28M del mismo 2023, y cerró la lista del partido madrileño a la Asamblea de Madrid, en un gesto simbólico al principal partido de oposición a Isabel Díaz Ayuso, pero sin dejar sus cargos en CCOO. Martín Urriza también estuvo en el consejo de expertos independientes que asesoraron a Más Madrid para la elaboración de su programa económico de cara a los comicios.
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense, es también doctor en Economía por la misma universidad, logrando la tesis con sobresaliente cum laudem, además de tener estudios de posgrado en México. El dirigente tenía además relación con el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz desde hace años, y desde 2021 fue miembro de la comisión asesora de expertos para analizar la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Allí coincidió con Manuel Lago, asesor Gabinete de Díaz, y con Carlos Cuerpo, entonces director general en el Ministerio Nadia Calviño y hoy ministro de Economía.
La propia Díaz lo fichó en 2023 como «referente económico» de Sumar, y en esta ocasión lo volvió a leegir coordinador general del partido, en una elección personalísima y en el último momento, que va a encaminada a fortalecer aún más las relaciones con los sindicatos, al tratarse del exjefe económico de CCOO, sindicato en el que trabajó como abogada la propia vicepresidenta del Gobierno.
Su elección generó cierto malestar en algunos sectores del partido, después de que en verano publicara un duro artículo contra la financiación singular de Cataluña provocando una crisis dentro de la coalición, en unas posturas similares a las que exhibió también Izquieda Unida, pero que chocaban con la sensibilidad plurinacional de otras fuerzas de Sumar. El dirigente no pudo asistir este miércoles a la asamblea en que fue elegido por encontrarse indispuesto.