Sí, los psicópatas nos acechan, en casi todos los ámbitos. No se engañen y observen a su alrededor, presten atención. Unos decenios atrás autores consagrados ya se quejaron en su momento de la deriva de los llamados mediáticos. Baltasar Porcel fue uno de los primeros, aprovechando el Sant Jordi, cuando observaba que era un mal síntoma que un autor profesional o un escritor que había dedicado toda su vida a la literatura casi no tuviera público, o pasase a un plano irrelevante, a la hora de firmar el día del libro, en contraste con las multitudinarias colas que provocaban, en esos momentos y también hoy, esos don nadie literarios que suelen ser algunos personajes mediáticos. La cosa se ha ido acentuando con los años, los editores han provocado o propuesto la oferta, y la enfermedad ha ido empeorando. Mucho. La rutina y el sexo pueden ser pareja como lo son la rutina y el mal. El mal y su psicopatía siempre quieren más o algo más nuevo. Ese morbo patético del mal que despierta en ciertos monstruos un nuevo y creciente interés. No se espanten los profesionales de esa salud esto es una simple opinión de librero, uno más que lo iba viendo venir.
La crisis del sector del libro es absolutamente transversal y en todos los registros habidos y por haber como ustedes van viendo, una crisis a todos los niveles. Unos pocos cultivan la belleza en sus catálogos, cuanto más independiente y auténtico es un editor peor lo pasa. El bloqueo, el tedio y la incompetencia a veces son más fuertes y nos traen estos tristes panoramas que ensucian tan bellas trayectorias. Son estos momentos en que los grandes dan voz a esa bazofia humana pasando por encima del respeto a esas preciosas e irrepetibles personitas que fueron vilmente asesinadas cuando aún no habían empezado a conocer el mundo. A esa escoria humana, la violencia vicaria tiene muchos niveles, alguien con cierto porcentaje de psicopatía le ha ofrecido pasar a cierta posteridad psicopática y con ello de rebote animar a otros monstruos a nuevas vocaciones, a salir de su merecido anonimato robando vidas inocentes, esa violencia que se proyecta desde la baja intensidad hasta la atrocidad del asesinato impune como objeto central y final de un argumento al que finalmente se le regala un formato en papel. De ese no-libro, El odio, se ponga a la venta o no, el peor de los males ya está hecho. Ese enunciado como título es fruto del morbo enfermizo del mal a parte de una soberbia idiotez de un incompetente a quien le importa poco el sufrimiento ajeno.
Años atrás vivimos en directo, y no facilitaré el título, el cómo del inicial fracaso de un libro mediocre, una fracasada novedad, se disparaba hacia el éxito comercial y las seguidas recomendaciones cuando se intuyó y se supo que el contenido perjudicaba a una persona concreta, un apellido conocido por su gran talento y compromiso, y de rebote a su família. Asistí en directo a la infamia en la que bastantes participaron sin conocer la letra pequeña de ese cuento. La manipulación infantil y su sombra siempre andan por ahí y no pocas veces el juego termina en asesinato de criaturas inocentes. Por otro lado y en el mundo de los adultos recuerdo un año concreto con mi compañero Víctor Moll, nos acusaron de censores por no poner a la venta un libro que nos habían dejado en depósito. Otra bazofia. Alguno de sus responsables nos criticó y difamó, era malo de cojones, pero no fue por eso que no fuera al mostrador como todas, decidimos ni sacarlo de las cajas. Entre versos se intercalaban fotos y una de ellas era una abuelita con demencia a lo último de lo último de la vida, casi abierta de piernas y totalmente desnuda. Una de las características de los psicópatas…integrados o no es que no empatizan ni con su madre embarazada (mucho menos con la abuelita a quién por motivos obvios no pidieron autorización). Fuimos insultados, pero nos quedamos bien tranquilos y con cierto orgullo.
Ahora una trayectoria extraordinaria como la de Anagrama se ve manchada por una cruel estupidez. Esta marca hoy pertenece a otra histórica y admirable: Feltrinelli y cuesta mucho entender que un grupo tan brillante baje al fango más sucio y decida adentrarse tras esa línea. No hace mucho ha salido la biografia del fundador a cargo de su hijo Carlo. Masacrar de nuevo, ética y moralmente, a esas dos preciosas criaturas asesinadas es conjurarse con la muerte y la única idea que tengo clara del todo es que eso es igual a alejarse de la Literatura, que por cierto es el mejor sinónimo que conozco para la palabra vida. En el sector cada vez queda menos gente que apueste por lo literario que es apostar por vivir sin condiciones en la belleza y para la belleza, cortando el paso a todo lo demás.