La joven catalana Fàtima Ofkir ha sido liberada por las autoridades de Omán después de pasar siete años en una prisión de mujeres del sultanato, tras ser condenada a cadena perpetua, al ser incluida en la amnistía que el sultán concede cada año tras el Ramadán.
La defensa de la joven, Vosseler Abogados, ha anunciado este sábado su liberación a través de un comunicado, en el que agradece la labor a todos los que han colaborado en su liberación, y en particular al empresario Antonio Sagnier y al juez Baltasar Garzón.
La joven estaba en prisión desde hacía siete años y cumplía condena a cadena perpetua después de que fuera captada por una red de narcotraficantes en España y enviada a recoger un paquete con siete kilos de morfina a un hotel omaní con el objetivo de transportarlo hasta su país.
A pesar de que la joven se arrepintió antes de llevar a cabo su misión, la policía omaní irrumpió en su hotel y halló en un armario el cargamento de droga. Desde entonces (agosto del 2018, cuando tenía 18 años) Fàtima ha estado encarcelada en el penal de mujeres de Moscat.
En el comunicado, Vosseler Abogados remarcan que el proceso judicial de Ofkir estuvo «plagado de irregularidades», y lamentan los «gravísimos errores» cometidos por su primer abogado, del que dicen «se limitó a conseguir el dinero reunido por la familia en España sin cubrir diligentemente el caso en un juicio en el que Fàtima estaba totalmente desamparada, sin saber árabe ni entender nada de lo que estaba pasando».
Cuando ingresó en prisión en agosto de 2018, Fàtima se convirtió en la española más joven del mundo cumpliendo una condena en un país extranjero, en un penal en el que estaba «obligada a usar un burca que le cubre todo el cuerpo, rezar cinco veces al día y sólo podía hablar telefónicamente con su familia un minuto cada quince días».
Según el comunicado de su defensa, a Ofkir se le dio la opción de cambiar su cadena perpetua por la pena capital, «una terrible opción que ella, en una depresión fuertísima, se llegó a plantear».