Una cascada de piedra. Así define National Geographic a la mayor concentración de molinos que hay en Galicia.
Según incide la prestigiosa revista, «no se trata de cinco o seis molinos esparcidos al azar», sino de un conjunto de 67 que fueron el motor económico de la zona durante años.
Un conjunto único en Europa y el «caso más espectacular de la tradición molinera en Galicia». Desde EL CORREO GALLEGO te contamos todo lo que debes saber sobre ellos.
Un paisaje único
Ubicados en el municipio pontevedrés de O Rosal y cerca de la desembocadura del río Miño, la revista está haciendo referencia a los Muíños do Folón e do Picón.
Declarados como Bien de Interés Cultural en 1998, el conjunto se asienta en las laderas que sirven como un idílico mirador sobre O Rosal.
Todos los molinos se presentan de forma escalonada, uno detrás de otro, como peldaños de una escalera que parece llevar al cielo.
A día de hoy el paisaje impresiona a cualquiera que se deje caer por la zona, ya no solo por su disposición -en pendiente y junto al río para aprovechar la fuerza motriz del agua-, sino por la historia de resiliencia y memoria que guarda cada una de las piedras que los conforman.
Del 1702
Los molinos más antiguos datan del siglo XVIII -del 1702 más concretamente-, aunque hay también algunos del s.XIX.
En ellos pueden percibirse aún en la actualidad numerosas marcas de cantero y de los sucesivos propietarios que tuvieron en los dinteles, jambas y umbrales. Entre las señales existentes destacan las cruces y los cálices.
A pesar de su pasado exitoso, su vida activa se vio estancada con la llegada de la electricidad. Tras años de abandono, no fue hasta los años 90 que se volvieron a poner en el foco, motivando así su recuperación.
Una ruta para descubrirlos
Existe una ruta circular (PR-G 94) de unos 3,5 kilómetros perfecta para descubrir al conjunto de molinos. Está muy bien señalizada y puede hacerse en una hora y media aproximadamente.
La ruta te lleva por la ladera de la montaña y va siguiendo el curso del río, a lo largo del cual se van descubriendo los 31 molinos a medida que vas subiendo: son los de O Picón.
Podrás observar que no todos los molinos son iguales, pues algunos presentan cuadras, cobertizos o abrevaderos.
Asimismo puedes aprovechar para desviarte hasta la Ermita de San Martiño, donde suele realizarse una romería cada noviembre.
En la cima, conocida como Chan de Cereixeira, es recomendable pararse a disfrutar de la panorámica del Baixo Miño, desde la cual puede verse la desembocadura del río, O Rosal, el monte de Santa Tegra e, incluso, Portugal.
Seguidamente, toca la bajada, que se realiza por el otro lado de la montaña, desde donde puede verse una de las partes más bonitas de toda la ruta: los 36 molinos do Folón colocados en fila junto a una pequeña cascada. Este es, sin duda, el lugar que querrás inmortalizar para siempre.
La ruta puede realizarse a la inversa. Junto a los molinos, cruzarás pasarelas de madera y puentes que permiten salvar los saltos de agua.
Uno de los tramos más bonitos de la ruta / Turismo de Galicia
Cómo llegar a los Muíños do Folón e do Picón
Para llegar a los Muíños do Folón e do Picón solo debes dirigirte a O Rosal, a unos 8 kilómetros de A Guarda.
Si pones el nombre de los molinos en Google Maps no tendrás pérdida ninguna. ¿Ya la conoces?