El agua es un bien escaso y valioso, un recurso finito indispensable para la vida. De hecho, se está convirtiendo en uno de los bienes más codiciados del mundo y se cotiza desde hace un lustro como un activo financiero en la bolsa de Nueva York. De toda el agua que hay en el planeta solo el 2,5% es dulce, y únicamente el 1% está disponible para el consumo.
Pero el problema no está precisamente en los hogares. Si alguien piensa que el agua que una persona consume es solo la que bebe, la que utiliza para cocinar o la que gasta para la ducha o el baño, se equivoca.
Solo el 2% del agua que gastamos es para beber
El agua que se usa en la casa, en el consumo doméstico y en las actividades diarias representa únicamente el 2% de la huella hídrica total, según revela un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
De hecho, de los 132 litros de consumo diario medio de agua en los hogares españoles solo 2 litros son para beber. Pero, ¿y el resto? El resto corresponde al agua que se emplea en la producción industrial, agrícola y de servicios.
Es lo que se conoce como ‘huella hídrica’, un indicador clave para entender el impacto del consumo en el medio ambiente. Este concepto abarca el total de agua utilizada en la fabricación de bienes y servicios, clasificándose en tres tipos: agua azul, verde y gris.
El agua verde corresponde al agua de lluvia retenida en el suelo y utilizada por las plantas. / Pixabay
El agua azul proviene de fuentes naturales como ríos, lagos y embalses o acuíferos, y se incorpora directamente a los productos de consumo.
El agua verde corresponde al agua de lluvia retenida en el suelo y utilizada por las plantas, esencial para actividades como la agricultura.
El agua gris se refiere a la cantidad de agua necesaria para diluir contaminantes generados en los procesos productivos, por ejemplo, de la industria.
En casos extremos, cuando el agua está tan contaminada que ya no puede ser depurada, se considera ‘agua negra’, y no forma parte de la huella hídrica.
El agua ‘invisible’
El informe de la OCU concluye que España ocupa el octavo lugar mundial y el segundo en Europa en huella hídrica per cápita, solo por detrás de Portugal. La huella hídrica de España se sitúa en unos 100.000 millones de metros cúbicos al año, lo que supone unos 6.700 litros por habitante al día. El doble del promedio mundial.
Más datos: el 98% de la huella hídrica proviene de lo que se compra. En el caso de España, el 43% de la huella hídrica procede de importaciones, mientras que el 78% del consumo de agua corresponde a la agricultura y la ganadería.
Fabricar una camiseta de algodón requiere unos 2.500 litros de agua, mientras que crear unos vaqueros puede consumir hasta 8.000 litros
Uno de los datos más reveladores del estudio es que la mayor parte del agua utilizada no es visible para el consumidor. Un ejemplo de agua ‘invisible’: producir una camiseta de algodón requiere aproximadamente 2.500 litros de agua, mientras que fabricar unos vaqueros puede consumir hasta 8.000 litros.
El impacto de la huella hídrica varía según la localización geográfica y las prácticas de producción. Además, la inclusión del agua de lluvia en los cálculos también influye en los resultados, y su impacto difiere en regiones con diferentes niveles de precipitaciones.

Los productos textiles son de los que más consumo de agua demandan. / Pixabay
Los productos textiles son de los más consumo de agua demandan. Se estima que cada armario de los hogares españoles pueden ocultar una huella hídrica media de 700.000 litros. Este dato, según la OCU, invita a reflexionar sobre la necesidad de reducir el consumo innecesario de ropa y optar por opciones más sostenibles.
Producir un kilo de carne de ternera requiere 15.000 litros de agua; un kilo de arroz, 2.500 litros; un litro de cerveza, 300 litros
En el ámbito alimentario, algunos productos también presentan una alta demanda hídrica. La producción de carne y lácteos requiere grandes volúmenes de agua, muchos más que los alimentos de origen vegetal.
La OCU pone algunos ejemplos concretos: producir un kilo de carne de ternera requiere 15.000 litros de agua; un kilo de arroz, 2.500 litros; un litro de cerveza, 300 litros; una lechuga, 237 litros.
Un consumo más responsable
La procedencia de los productos también es un factor determinante: el azúcar producido en regiones tropicales no tiene el mismo impacto hídrico que la remolacha cultivada en el sur de España. También influyen las condiciones climáticas del año: no es lo mismo producir en un año de lluvias abundantes que en uno muy seco, expone la OCU.
Uno de los mayores desafíos en la gestión del agua es la falta de información accesible para los consumidores: muchas veces existe un desconocimiento general sobre el impacto hídrico de los productos que se adquieren. El estudio señala que la evaluación de la huella de un producto depende «de dónde y cuándo se produzca», lo que dificulta la toma de decisiones informadas.
«Lo ideal sería que los productos con una alta huella hídrica se produjeran en países con mucha agua disponible o con mayor productividad. Resulta contradictorio que regiones con gran estrés hídrico sean grandes productores de frutas tropicales en Europa, porque este tipo de frutas necesitan mucha agua», recoge el informe.

El agua es un bien escaso y valioso. / Pixabay
Ante esta situación, la OCU ha presentado tres propuestas clave para fomentar un consumo más responsable del agua:
- Etiquetado de productos: Incorporar información sobre la huella hídrica en los envases, junto con otros indicadores ecológicos como la huella de carbono o su huella ecológica.
- Eficiencia hídrica en la producción: Promover que las empresas elijan proveedores en países sin estrés hídrico y reduzcan el consumo de agua en sus procesos.
- Priorizar el agua para necesidades esenciales: Garantizar que se destine en primer lugar a los usos más necesarios para la vida y el bienestar de las personas.

Huella hídrica de España. / OCU / Water Footprint Network, INE
La evolución del cambio climático y la mayor aridez que está experimentando buena parte del territorio peninsular obligan, según los expertos, a extremar las medidas de ahorro y eficiencia en el consumo hídrico. Pese a las fuertes y copiosas lluvias caídas durante el mes de marzo de este año, no se prevé que esta situación vaya a prolongarse demasiado, y a largo plazo está previsto una reducción de las lluvias.