Sin prisa como sin pausa. Así han trabajado durante toda la mañana los bomberos y los técnicos municipales del Ayuntamiento de Zaragoza en los edificios afectados ayer por la aparición de una grieta en un inmueble de la plaza de La Magdalena. Este jueves por la mañana comenzaron ya los trabajos de consolidación del bloque declarado en ruina inminente, donde dormían una veintena de personas sin hogar. La semana pasada apareció un hombre muerto dentro de esa misma construcción que ahora se va a tirar.
Sin embargo, el derribo no va a ser inmediato. Primero se debe proceder a la consolidación del edificio para evitar que colapse, puesto que si se cae podrían producirse afecciones importantes en los bloques aledaños. Ayer llegaron a la plaza los puntales que hoy jueves ya han comenzado a colocarse. Este proceso durará entre diez y doce días.
Después comenzará el derribo de este edificio, situado en el número 72 de la calle Mayor, en la misma plaza de La Magdalena. Al tratarse de un edificio protegido -cuenta incluso con restos de la antigua muralla romana y era parte de la antigua puerta de Valencia-, la demolición tiene que hacerse muy lentamente para asegurarse de que se conserva la fachada y aquellos restos arqueológicos de valor que puedan ir apareciendo. Se hará desde atrás hacia delante y aprovechando el vacío existente en la parcela de al lado, donde se va a levantar un edificio de viviendas de nueva construcción. Los promotores de esta obra fueron precisamente quienes llamaron a los bomberos el miércoles tras la aparición de una grieta.
Hasta la zona han acudido ya técnicos de Patrimonio y Cultura del Gobierno de Aragón para asegurarse de que, en todo momento, se respetan aquellos elementos que haya que conservar. El edificio se tirará, pero la fachada debe salvarse tal y como luce hoy. Arqueólogos han visitado hoy mismo el inmueble afectado para revisar las partes catalogadas y que deben protegerse.
Todo eso con respecto del edificio del número 72 de la calle Mayor, si bien este no es el único inmueble que se ha desalojado. Los bomberos y la Policía Local también sacaron de sus casas a los vecinos del número 147 del Coso, que comparte muros con el bloque declarado en ruina, por el peligro que podía suponer el colapso de la construcción.
En este caso, será mañana cuando, con una grúa, los técnicos puedan revisar «la lesión» que padece este edificio, cuyos habitantes eran todos propietarios o contaban con contratos de alquiler en regla. Una vez termine la inspección se calculará cuándo podrían volver los vecinos, si bien lo prudente podría ser esperar a terminar los trabajos de consolidación del número 72 de la calle Mayor, es decir, entre 10 y 12 días. Aunque podría ser antes. Ocurre lo mismo con el bar y la frutería que también fueron clausuradas por motivos de seguridad.
Hasta el lugar han acudido también el gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Miguel Ángel Abadía, y el jefe de los Servicios Sociales municipales para tratar de explicarles a los afectados la situación actual. A todas las personas desalojadas se les han ofrecido alternativas habitacionales, si bien el Albergue ayer por la noche se encontraba completo y las familias con hijos menores prefirieron irse con familiares al contar con esa posibilidad.