Tiene solo 34 años pero ya es superventas con libros como Me quiero, te quiero (2022) y Tu eres tu lugar seguro (2023). Ahora María Esclapez estrena maternidad y nuevo libro: Tu miedo es tu poder (2025), que presenta hoy a las 18.30 horas en la sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Murcia, en su centro de Gran Vía Salzillo. La ilicitana defiende la necesidad de divulgar con mensajes claros pero también que lo hagan personas formadas.
¿A qué le tiene miedo usted?
A muchas cosas. Creo que soy muy exigente porque tengo miedo de no ser suficiente.
¿Síndrome de la impostora?
Sí, lucho todos los días contra síndrome de la impostora. Y lo hago intentando escuchar mucho a esa parte mía no impostora. Y prestando atención a las cosas que hago bien, y no tanto a las que pueden salir mal.
Que tu miedo sea tu poder parece una contradicción.
Lo parece porque es verdad que el miedo impone. Tiene muy mala fama. Es una emoción muy desagradable. Pero es verdad que cuando conocemos el miedo, conocemos cómo funciona, qué mecanismos activa y cómo responde nuestro cuerpo ante esa emoción, podemos trabajarlo y podemos llegar a coger las riendas de nuestra vida. Ese miedo que nos condiciona podemos gestionarlo de tal manera que deje de hacerlo. Entonces, ahí hay un poder.
Ante un miedo no real, nuestro cerebro actúa como si lo fuera y activa todas las reacciones físicas…
Aunque no haya un miedo real, efectivamente. Piensa que el cerebro lo que está haciendo es prepararnos para correr o luchar con ese peligro. Entonces es lógico que esas reacciones (taquicardia, sudoración) sean muy similares a las tendríamos si estuviéramos corriendo delante de ese peligro.
Una de las cosas que hacemos mucho es tener creencias que son irracionales…
Pueden ser también sesgos cognitivos que se activan, que no dejan de ser filtros por los que pasa la información. Prestar atención a qué sucede en mi cuerpo, a lo que yo hago, a lo que yo digo y a lo que yo pienso es importante porque nos va a dar las claves y las pistas de por dónde tenemos que empezar a trabajar.
¿Nos engañamos mucho a nosotros mismos?
Nos engañamos, pero no conscientemente. Son todos estos mecanismos que se activan cuando tú pasas esa información por ese filtro que está sesgado. Evidentemente, la conclusión final no es una conclusión real. Y a veces incluso esas conclusiones te atrapan y te generan otras que tampoco son reales. A eso le llamamos bucle mental. Y salir de ahí es difícil, pero no imposible. Al final lo que necesitamos es una perspectiva diferente.
Reivindica usted vivir el presente y el derecho a aburrirse
A veces es necesario, porque aburrirse implica escucharnos. Hay personas, y me incluyo, que no paramos de hacer cosas durante el día y, de repente, llega la noche y todo lo que tenías en segundo plano aparece. Y precisamente es eso lo que te impide dormir. Eso parte de esa incapacidad que tenemos muchas veces para aburrirnos o para no hacer nada. Y por otro lado está esa perspectiva de que hay que ser productivos a toda costa, independientemente de lo que eso se lleve por delante (la salud mental).
Defiende que todas las emociones son legítimas.
No existen emociones ni buenas ni malas. Aunque no te gusten, no son malas, están ahí por algo y aparecen para decirte algo. Lo que tenemos que hacer es analizar la situación y ver qué es lo que nos está diciendo esta emoción. Gestionar emociones implica hacer cosas con ellas. Pero no siempre van a desaparecer, no siempre van a funcionar a voluntad. De hecho, no funcionan a voluntad.
¿Quizá hay interés en que tengamos miedos innecesariamente?
¿Interés de quién?
De ciertos poderes. Cuando una persona tiene miedo, es una persona poco revolucionaria, ¿no?
De cuestiones sociales, que te conteste un sociólogo. Yo voy a hablar de psicología. Aplicamos la intención paradójica, que al fin y al cabo es trabajar esto desde la aceptación. Es decir, la manera de perder el miedo al miedo, que se pierde rindiéndote ante el miedo, de tal manera que tú seas capaz de ‘jaquear’ el cerebro. Es decir, si tú sientes ese síntoma de presión en el pecho, te puedes retar y decir: «Oye, pues que me dé más ansiedad, venga, voy a tener más ansiedad».
Siguiendo con el miedo, existe el miedo real a ser desahuciado o perder el trabajo…
En psicología decimos que el ser humano es un ser biopsicosocial. Y no podemos entender el individuo sin ninguna de estas tres variables.
En su profesión y en psiquiatría hay visiones muy biologicistas…
Sí, totalmente. Es un debate largo. Yo te hablo del miedo, del miedo como tal. Pero no podemos olvidar que detrás de diagnósticos como la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo y la depresión hay muchas variables, por eso hablamos de orígenes multifactoriales. Por ejemplo, la parte social.
¿La ira esconde miedo?
Sí, muchas personas no saben que detrás de la ira está el miedo. Y aunque se lo reflejas, aunque les expliques, no terminan de entenderlo, porque realmente lo que esas personas sienten es ira. Y esto nos puede pasar a todos.
Usted es psicóloga. Y convive con muchas otras ofertas de personas no tituladas, en redes sociales, con consejos de todo tipo… ¿Hay sobrecarga de información?
Es importante recurrir a fuentes buenas, que detrás tienen una formación, que el libro que te vas a leer tenga una bibliografía, que sea de una persona referente, no porque sea superfamosa sino porque realmente detrás tenga unos estudios que avalen lo que está diciendo y que sepa de qué está hablando. Ojalá la gente fuera más responsable a la hora de divulgar.