El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este miércoles que impondrá un arancel del 25% a «todos los coches no producidos» en el país. En concreto, la medida afectará a «automóviles y camionetas ligeras de fabricación extranjera».
Mientras, las compañías que fabriquen sus vehículos dentro de las fronteras estadounidenses no deberán enfrentarse a «absolutamente ningún arancel«.
Trump considera que esta medida podría ayudar a crecer a los fabricantes de vehículos estadounidenses, y cree también que ayudará a que las compañías nacionales lleven al país los procesos que actualmente desarrollan en otros lugares. En este sentido, ha destacado que la fabricación «está regresando» a EEUU desde el inicio de su mandato.
«Los negocios están regresando a EEUU, porque no tienen que pagar aranceles, y también por las elecciones del 5 de noviembre, están felices», ha manifestado.
Mientras, Trump sigue definiendo la estructura de sus anunciados aranceles recíprocos, que entrarán en vigor dentro de una semana, el 2 de abril, al que se ha referido como el «día de la liberación de América». Sobre esta medida tampoco se conocen todos los detalles, y en su última intervención, el presidente aseguró que estas tasas «probablemente serán más indulgentes que recíprocas».
Estos aranceles a los automóviles afectarán especialmente a las compañías de Japón, Alemania y Corea del Sur, que exportan gran parte de sus coches a EEUU.
Sin embargo, los analistas apuntan que la imposición de aranceles de estas características puede tener un efecto adverso sobre las compañías estadounidenses, al verse afectada su cadena de suministro, que depende también de otros países como México y Canadá.
El presidente ya aprobó a principios de mes una exención a los aranceles de automóviles para México y Canadá tras reunirse con tres de los principales fabricantes que operan en el país, Ford, General Motors y Stellantis. Sin embargo, esta prórroga concluye la semana que viene.
Los analistas de IG aseguran que «los aranceles parecen volver a la agenda, ya que la administración Trump busca dejar atrás el desastre de la filtración del Atlántico«.
«Los gravámenes a las importaciones de automóviles parecen estar a punto de golpear duramente a Europa, poniendo al Dax, al Dow y al S&P 500 en una posición de desventaja. Los inversores siguen muy preocupados por la posibilidad de que las acciones estadounidenses sufran otra caída, que probablemente arrastrará consigo al resto del mundo», concluyen.