Como reacción a los mensajes repetidos desde diferentes portavoces de la administración estadounidense, además de la de la propia Casa Banca, Karoline Leavitt, The Atlantic ha decidido publicar la conversación integral de la que fue testigo sobre el ataque estadounidense a los hutíes en Yemen. En el artículo inicial del periodista que fue añadido al grupo por error del jefe del Pentágono, el redactor jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, censuró una parte de la conversación por cuestiones de seguridad nacional. Ahora, el periodista, junto con su compañero Shane Harris, ha explicado en un artículo publicado este miércoles que la retórica de Washington los ha llevado a publicar los mensajes en su totalidad.
“Los comunicados de Hegseth, Gabbard, Ratcliff y Trump -combinado con las afirmaciones de varios oficiales de la administración de que estamos mintiendo sobre el contenido de los mensajes de Signal- nos ha llevado a considerar que la gente debería ver los mensajes para sacar sus propias conclusiones”, explican los periodistas. Además, garantizaron que se pusieron en contacto con los oficiales de la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, para advertir de que se iba a publicar el artículo: “Hicimos un seguimiento [de los mensajes] por la tarde después de la falta de respuesta de la mayoría”.
Leavitt respondió el martes por la tarde que reafirma el mensaje de la Casa Blanca de que la información no es clasificada, pero rechazó la publicación. “Esto tenía el objetivo de ser una deliberación privada e interna entre personal senior de alto nivel y se discutió información sensible. Por ello, sí, rechazamos la publicación”, escribió Leavitt, de acuerdo con Goldberg y Harris. Los periodistas resaltan el hecho de que no se especificó en el mensaje qué partes se consideran información sensible.
Paralelamente, el portavoz de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) pidió que se tachase el nombre del jefe de personal del director de la CIA, John Ratcliff, revelado en la cadena de mensajes entre los 18 integrantes -a mitad de la conversación se amplió a 19- del grupo de Signal al que fue añadido Goldberg de forma aparentemente accidental. Dicha conversación trató los detalles del ataque aéreo estadounidense a dirigentes de los hutíes en Yemen un par de horas antes de que se anunció de manera oficial, además de revelar las estrategias de la administración de Trump.
El hilo de mensajes
La conversación sin censura revela la discusión estratégica y táctica entre los altos mandos estadounidenses sobre la toma de decisión del ataque, además del mensaje que se iba a proyectar al público estadounidense para justificar el ataque. “Nadie sabe quiénes son los hutíes, por lo que tenemos que mantenernos enfocados en: 1) Biden ha fallado y 2) Irán financiado”, escribe el secretario de Defensa, Pete Hegseth. Esto se enmarca en una estrategia política que traslada la culpa de la situación en Yemen y el bloqueo de las vías marítimas de los hutíes a la anterior administración de Joe Biden. También busca simplificar la operación culpando a Irán -financiador de los hutíes-, un país que la población estadounidense reconoce como enemigo.
Estos mensajes dejan claro que la motivación real del ataque es apoyar a Israel y controlar la imagen: “Es probable que Israel ataque y, por lo tanto, nos pida más apoyo para reponer lo que usan en contra de los hutíes”. El propio lema de los hutíes es “Dios es el mejor, muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, maldición sobre los judíos, victoria al islam”. Su odio por Israel hace que ambos países mantengan relaciones agresivas y, debido al fortalecimiento de Israel tras la caída del antiguo régimen de Siria, su venganza por el antagonismo hutí es una realidad cercana. Por ello, Hegseth destaca que la actuación israelí antes de la estadounidense era una amenaza inmediata para su operación en Yemen, lo que implicaba que no podrían “empezar esto bajo sus propios términos”.
Sin embargo, la estrategia tiene otra vertiente que es la relación estadounidense con Europa. Este bombardeo liberó la presión hutí sobre el Estrecho de Mandeb y las dificultades en la navegación al Mar Negro, una zona que está transitada por la mayoría de los poderes del mundo y, en especial, por las europeas. “Las marinas europeas no tienen el poder de defenderse frente al tipo de misiles y drones sofisticados, antibuque, que están utilizando los hutíes”, explica el consejero de Seguridad Nacional, Michael Waltz. Añadió que este hecho se tenía que presentar al público como algo a sumar a la lista de razones “por las que los europeos tienen que invertir en su defensa”, aunque, de acuerdo con los mensajes del vicepresidente estadounidense, JD Vance, la motivación real es para “mandar un mensaje”, probablemente a los poderes de la zona de que Estados Unidos está dispuesto a defender a Israel militarmente.
Los miembros del grupo recalcaron la necesidad de hacer que Europa y Egipto paguen por la liberación de la vía marítima, dado que son los beneficiadores accidentales de la medida – JD Vance resaltó su desagrado con este resultado además de la importancia de asegurar que el mensaje público no revelase sus motivaciones reales-. “De acuerdo con la petición del presidente, estamos trabajando con el Departamento de Defensa y el [Departamento de] Estado para determinar cómo compilar el precio asociado e imponerlo sobre los europeos”, afirmó Waltz.
La conversación también contó con el anuncio del ataque de Hegseth y los detalles sobre el despegue de los F-18s y los drones dirigidos a Yemen. Dicho mensaje se envió a las 11:44 y citó las 14:15 y las 15:36 como hora en la que iniciaba el ataque. Waltz también confirmó el derrumbe de un edificio con “múltiples identificaciones positivas”, refiriéndose a los altos mandos de los hutíes a los que tenían como objetivo. “El primer objetivo, su jefe de misiles, hemos tenido una identificación positiva de él andando al edificio de su novia que ahora está derrumbado”, afirma Waltz en un mensaje.