Lo sucedido en la última asamblea de la Sociedad de Festejos de Pola de Siero ha dejado ojipláticos a muchos. En primer lugar, porque las celebraciones de la capital sierense se enfrentan a una situación «inaudita, esto nunca había pasado antes», lamenta el que fuera presidente durante trece años, Manuel Freije. Y en segundo lugar, porque en la asamblea se vivieron momentos «lamentables, muy desagradables; fue una situación muy bochornosa», denuncia por su parte el cronista oficial de la Pola, Juanjo Domínguez, tras asistir a una votación en la que «sólo se dedicaron a sacar trapos sucios y enfrentarse unos contra otros; nunca había visto algo así y de las fiestas, que es lo importante, nadie se acuerda».
Domínguez es muy duro en sus juicios. «Es que nunca pasó algo así en la historia de Festejos», recalca. Empezando por que «la votación fue secreta, en urna, y no a mano alzada como toda la vida». Es una opción contemplada legalmente, pero que ha dejado regusto raro entre muchos de los socios, acostumbrados a otras maneras. A ello se suma que «nunca antes había existido el voto en contra de una candidatura, otra novedad que a mí personalmente me ha causado mucho malestar: en la papeleta había la opción de a favor o en contra; nunca antes se había votado en contra de una candidatura», recuerda el cronista.
Domínguez apuesta por «dialogar y hablar de la fiesta, porque el lunes los socios no contamos para nada, fue un espectáculo vergonzoso», insiste. «Si te metes en esto, lo asumes con sus pros y sus contras, pero no te pones a sacar porquerías de hace años», zanja tajante el cronista, antes de razonar que «si la actual junta quiere marchar, que marche, pero que no bloquee unas fiestas que tienen una marca y un nombre que ha costado muchos años alcanzar».
Es la misma opinión que comparte Manuel Freije, presidente de Festejos durante 13 años en una etapa anterior de la sociedad. «Nunca había pasado nada así», coincide, y lamenta que se esté pasando por una situación que «de verdad que no sé qué objetivo puede tener».
«Sinceramente pensé que se iba a ratificar la única candidatura que se presentó a la asamblea, que salieran votos en contra fue toda una sorpresa para mí», reconoce Freije, quien recuerda, como Domínguez, que «nunca se había votado con esta fórmula, en urna y con votos delegados». Además «siempre que hay una sola candidatura se ratifica o se registran las abstenciones, pero nunca se vota en contra», recuerda.
La etapa de incertidumbre que se abre ahora es algo «nunca visto» y deja en el aire el futuro de las emblemáticas celebraciones polesas. «Si alguien no quiere estar en un sitio lo lógico es que deje paso a quienes estén dispuestos a asumir el cargo, pero no entiendo que se pretenda paralizar todo. Lo que importa aquí es la fiesta, y eso parece que se le olvida todo el mundo», lamenta Freije.
Fue él precisamente quien en su día registró las marcas de las tres grandes fiestas locales a nombre de la Sociedad de Festejos, lo que impediría que cualquier otra entidad como el Ayuntamiento pudiera asumir la organización de las celebraciones.
Hasta cierto punto, porque según Freije sí se podría legalmente «ceder las marcas a otra entidad por causas de fuerza mayor como es esta, ante la imposibilidad de hacerse cargo de los festejos».
Y a ello añade que «aunque la junta sea junta gestora, debería ser ella la que se encargara de seguir garantizando las fiestas, con más o menos medios, pero seguir al frente activamente hasta que otra candidatura se haga cargo». «Esa es mi opinión, y es lo que se hace en otras sociedades que conozco», resume Freije, indignado por el hecho de que «estamos jugando con algo muy importante que es de todos los polesos: Comadres, Güevos Pintos y el Carmín».
«Campaña en contra»
Estando ausente (ayer permanecía en el Hospital por problemas de salud), la figura de Jenaro Soto sigue estando muy presente en Festejos. De hecho, hacia él fueron dirigidas el lunes muchas críticas por parte de la junta gestora, y conocida es la animadversión entre las partes. Hasta tal punto es alargada la sombra de Soto que «la gestora me insistió mucho en que debería haber hablado antes con ellos, porque pensaban que Jenaro venía en mi lista, y de ahí que hubiera tantos votos en contra», desveló ayer César Díaz, el candidato rechazado.
Seguro de que «se ha producido una campaña de votos en contra», ayer Díaz insistió en que no se presentará más veces, pero deja la puerta abierta a una posibilidad: «Hay personas en mi lista que estarían dispuestas a volver a intentarlo». Sería ya solo de cara al Carmín, en un escenario como nunca antes se había planteado, de total incertidumbre.