Lamine Yamal, el «superhéroe» de España, se emancipa

Se abrió el ascensor, uno de los seis que conectaba las diferentes plantas con el vestíbulo del Valencia Palace, el hotel en el que se alojó la selección española de fútbol en la capital del Turia, y allí estaba Iván, de cuatro años, de la mano de su madre. Una enorme sonrisa iluminaba su cara mientras sujetaba una foto y vestía una camiseta recién autografiada. Entré al ascensor y disparó impaciente: «¿Tú también eres futbolista?». Le expliqué que era periodista y me dijo: «Entonces sabrás que Lamine tiene superpoderes, ¿no?». «Claro. Pero no se lo cuentes a nadie porque es un secreto. ¿Te lo ha contado él?», le pregunté. «Sí, me ha dicho que su superpoder es que nadie le puede quitar la pelota, y luego me ha firmado la camiseta y me regaló esta fotografía», respondió Iván, que se despidió eufórico: «Hoy es el mejor día de mi vida». Bendita infancia.

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