Israel crea una agencia para la «salida voluntaria» de un millón y medio de palestinos de Gaza que sólo Somalilandia acogería

Israel ha tomado en sus propias manos el plan de Donald Trump de convertir Gaza en un hub mediterráneo sin palestinos. Esta semana, el ministro de Defensa de Benjamín Netanyahu, Israel Katz, ha anunciado la creación de una agencia estatal para organizar el desplazamiento de los palestinos de Gaza. O, como se ha bautizado en Tel Aviv, un organismo para la “salida voluntaria” de los habitantes de la Franja.

Con este eufemismo, evocador de la neolengua orwelliana, Netanyahu pretende organizar el traslado a “terceros países” de “todo gazatí que así lo desee” después de casi 18 meses de guerra y asedio de Israel al enclave palestino. La portavoz del primer ministro ha asegurado que el éxodo de árabes de la Franja se llevará a cabo “en cumplimiento de la legislación israelí e internacional y en línea con la visión de Trump”, después de que en febrero Netanyahu ordenara a las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) elaborar un plan para aplicar la propuesta del presidente estadounidense.

Poco se sabe aún al respecto de esta nueva agencia, pero su fundación llega en un momento en el que Israel consolida su reactivación de la guerra en Gaza. El ejército israelí intensifica estos días las operaciones terrestres en el norte y el sur de la Franja, mientras Katz advierte de que las tropas tomarán todo el territorio si Hamás no libera a todos los rehenes israelíes aún bajo su custodia. “Utilizaremos toda la presión militar y civil, incluida la evacuación de la población de Gaza hacia el sur y la aplicación del plan de migración voluntaria del presidente Trump”, dijo el fin de semana el ministro de Defensa.

Netanyahu está afianzando el apoyo del ala ultraderechista de su gobierno a través de más guerra contra los palestinos. La reanudación de los bombardeos en las últimas semanas le ha granjeado el regreso a su gabinete del colono Itamar ben Gvir y otros dos ministros del partido Poder Judío. Gracias a estas reincorporaciones se han conseguido aprobar preliminarmente los presupuestos del Estado para 2025.

Todo apunta a que el primer ministro no va a poner impedimentos al deseo de los ultranacionalistas de su gobierno de expulsar a los palestinos de Gaza. Aunque también de Cisjordania: el domingo, el gabinete de seguridad aprobó la independencia de 13 asentamientos en los territorios ocupados que en Israel se conocen como Judea y Samaria. El ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, dijo en un comunicado: “Seguimos liderando la revolución de la normalización y la regulación de los asentamientos. En lugar de escondernos y disculparnos, izamos la bandera, construimos y nos asentamos. Este es otro paso importante en el camino hacia la soberanía real en Judea y Samaria”.

Al cuerno de África

En este momento, los esfuerzos de Egipto por restablecer el alto el fuego parecen ya papeles mojados. A mediados de marzo, Associated Press reveló que Washington y Tel Aviv han buscado en varios países africanos y de la región el beneplácito de algún gobierno dispuesto a absorber al millón y medio de palestinos que Trump quiere expulsar de Gaza. Entre ellos está la nueva Siria, a manos de Ahmed al-Sharaa, Somalia, Sudán y Somalilandia.

Mientras Jartum ha rechazado la propuesta y Somalia ha afirmado no haber tenido contacto con EEUU o Israel al respecto, el ministro de Exteriores somalilandés, Abderramán Dahir Adan, dijo a la cadena pública israelí Kan la semana pasada: “Estamos abiertos a debatir cualquier asunto”.

Además de ayuda financiera y de seguridad, los promotores del plan de desplazamiento forzoso prometen apoyo diplomático al país que reciba a los gazatíes. Para un territorio independizado hace 33 años de Somalia pero no reconocido como Estado como Somalilandia, formar parte de un posible acuerdo podría ser una oportunidad para presionar a Washington para establecer lazos diplomáticos formales o abogar por su reconocimiento.

Pero, además de violar el derecho internacional, tratar de enviar a miles de gazatíes a este país en el cuerno de África podría ser una mala idea para Israel. Frente a las costas de Somalilandia —donde Al Shabab, la rama regional del Estado Islámico, campa a sus anchas— se encuentra Yemen, controlado en parte por los hutíes de Ansarulá, uno de los mayores aliados de Hamás. Desde que Netanyahu recurrió a las masacres de nuevo en Gaza, los hutíes han reanudado sus amenazas contra territorio israelí, y la semana pasada declararon «no seguro» el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv.

¿Nuevos acuerdos de Abraham?

La fundación de esta nueva agencia en Israel puede dificultar uno de los propósitos de Trump en su nuevo mandato: expandir los acuerdos de Abraham que consiguieron normalizar las relaciones entre Israel y Emiratos Árabes Unidos durante los primeros cuatro años del republicano en la Casa Blanca. Ahora que las miradas están puestas en Arabia Saudí como posible nueva amiga de Israel, Riad ha salido a la palestra condenando la creación del nuevo organismo para el desplazamiento de la población palestina.

Los dos terceros países a los que Trump propuso mandar a los palestinos en un primer momento, Jordania y Egipto, también han respondido a la iniciativa. Ammán ha denunciado que la nueva agencia israelí supone una “flagrante violación del derecho internacional y del derecho humanitario”. Por su parte, El Cairo emitió la noche del lunes un comunicado en el que se consideraba que la salida “bajo los bombardeos y la guerra, y bajo políticas que impiden la ayuda humanitaria y utilizan el hambre como arma, constituye un desplazamiento forzado, un crimen y una violación del derecho internacional y del derecho internacional humanitario”.

En los últimos días, los muertos tras esta guerra de más de 17 meses en Gaza han alcanzado la cifra de 50.000. Desde la noche del domingo han muerto al menos 65 personas, entre ellos dos periodistas. El lunes, el ejército israelí disparó también contra un edificio de la Cruz Roja en Rafah, en la frontera con Egipto. Todo esto mientras la entrada de ayuda humanitaria a la Franja sigue completamente bloqueada. No sabemos qué forma tomará esta expulsión de palestinos, lo único claro en este momento es que aquella idea excentricidad que Trump anunciaba con vídeos de inteligencia artificial hace pocas semanas es ahora un plan sólido y una prioridad para el Estado de Israel.

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